En julio de 2020, Herbert Aceituno sufrió la muerte de su papá, don Gilberto. Para el powerlifter salvadoreño, la pérdida de su progenitor significó un duro golpe anímico.
Don Gilberto, recuerda Herbert, estuvo siempre a su lado. “Mis papás nunca me escondieron, nunca ocultaron mi padecimiento de acondroplasia e hidrocefalia. A pesar de que cuando nací les dijeron que solo iba a vivir tres días, ellos rogaron al cielo y aquí estoy. Yo soy un milagro de Dios”, recuerda el atleta.
Y es que don Gilberto también estuvo en cada travesura de Herbert. Cuando se quebró el pie, cuando botó un muro, cuando anduvo en patines, cuando lo expulsaron tres veces del colegio, cuando decidió dejar el fútbol y probar suerte en el levantamiento de potencia, así como cuando se hizo la prueba para entrar al Comité Paralímpico de El Salvador (Copesa).
Don Gilberto estuvo ahí también cuando Herbert era objeto de burlas por su baja estatura. “La enseñanza más grande que me dejó mi papá fue creer en mí mismo. Me decía que me valiera la demás gente, que me concentrara en mí mismo. Tenía que preocuparme por mi mamá nada más. Las burlas de los demás no importan”, dice Aceituno.
Fue por eso que cuando don Gilberto falleció, Herbert le prometió que todo lo haría en su nombre. En su honor.
El primer paso que dio en su memoria fue la plata que ganó en marzo pasado, en Colombia, en la Copa del Mundo de Parapowerlifting. El segundo fue cuando clasificó a los Juegos Paralímpicos, luego del cuarto lugar en la Copa del Mundo de Dubai. Y el tercero llegó este 27 de agosto de 2021, con el histórico bronce ganado por Herbert en la categoría hasta 59 kg del parapowerlifting de los Juegos Paralímpicos de Tokio.
Herbert abrió la competencia con 182 kilos. Los levantó sin problemas y se fue al primer lugar luego de la ronda inicial. En el segundo intento alzó 184 kilos y se quedó con el segundo lugar. En el cierre intentó 187 kilos, pero dos jueces levantaron sendas banderas rojas y el levantamiento no fue válido. Jorge López, el entrenador de Herbert, presentó la protesta oficial, pero no prosperó.
Sin embargo, esos 184 kilos levantados por Herbert (su mejor marca hasta el momento) alcanzaron para quedarse con el bronce histórico para el deporte salvadoreño, solo por detrás del egipcio Sherif Osman, plata con 187 kilos, y del chino Yongkai Qi, oro con también 187 kilos, pero quien se quedó con el primer lugar por menor peso corporal.
Muchas felicitaciones por gran logro a este joven, hasta el cielo esa medalla para su querido padre.
Lo dijo Napoleón “la estatura del hombre se mide del cielo hacia la tierra”
Un orgullo para todos los salvadoreños muchas felicidades a nuestros atletas y en especial a Herbert Aceituno por poner en alto el nombre de nuestro país .. viva El Salvador