La ONG Save the Children El Salvador y la empresa Diana se unen para combatir los altos índices de sobrepeso y obesidad que se registran en la población salvadoreña y en especial en los municipios de San Salvador, Ayutuxtepeque y Mejicanos.
Con el lema “niñas y niños más felices”, se desarrolla un plan piloto en 20 centros educativos de los municipios antes mencionados y donde se monitorean 1,196 alumnos de tercero y quinto grado.
Con esa población estudiantil se promueven prácticas saludables para mejorar la salud física, emocional y sobre todo nutricional.
Se explicó que en el IV censo de talla y peso que se realizó en el 2016, se determinó que tres de cada diez estudiantes de primer grado tienen sobrepeso, alcanzando el 37.4 por ciento en el área urbana.
Por ese motivo, Save the Children en el 2017 desarrolló una investigación en diez centros escolares localizados en Ayutuxtepeque, Mejicanos y San Salvador, detectando que el 40 por ciento de los estudiantes llega a la escuela sin desayunar; también hacen poca actividad fisca y dedican al menos 4.5 horas de su día en actividades sedentarias como ver televisión o jugar con el celular.
Además, tienen prácticas inadecuadas en el manejo de emociones y en la canalización de la ansiedad y del enojo.
El principal hallazgo que reporta el estudio, es que los estudiantes tienen conocimientos limitados e inexactos sobre nutrición y eso influye en el tipo de prácticas de salud que adoptan.
En respuesta a ese problema, es que se desarrolla un programa utilizando recomendaciones del London University College, de asegurar al menos 66 días de práctica para adoptar un hábito de salud.
El programa ofrece recomendaciones de acciones concretas y frecuencias para su ejecución y usa un enfoque innovador para lograr estilos de vida sanos y combatir la obesidad de manera divertida y efectiva, teniendo como aliados a docentes.
En esa línea, Margarita Franco, directora de Save the Children dice que es de extrema urgencia inculcarles hábitos nutricionales y mejorar las prácticas de salud física, como también emocional, y que deben de ser implementados a nivel familiar.
“Necesitamos revolucionar la manera en la que educamos a nuestra niñez y la empresa Diana se convierte en un aliado clave para este programa, por su enfoque de responsabilidad social empresarial y que se basa en soluciones a las evidencias científicas para el problema que se ha detectado y que afronta la niñez”, concluyó.
Qué cinismo el de la Diana. Vende el veneno y ayuda a que no se mueran los niños.
No le demos tanta vuelta al asunto: educar a los niños a no consumir comida chatarra es la solución a la obesidad infantil además de otros problemas de salud prevenibles