En 2007, Rudis Gallo comenzó su trabajo con la Selecta playera, lo que gracias a sus conocimientos y sobre todo a su dedicación, inmediatamente dio frutos, pues al año siguiente logró la clasificación a la Copa del Mundo de Marsella, Francia. Ayer partió a Rusia, donde dirigirá en su quinto torneo mundialista.
“Esto de estar en una quinta Copa del Mundo dirigida por mí es algo maravilloso, algo histórico, y a mí me llena de satisfacción porque considero que he dejado un legado, hemos dejado camino, esa huella que deben recibir las futuras generaciones”, revela el técnico.
Gallo dice estar contento porque es algo extraordinario que Dios le ha dado, al permitirle estar al frente de esta selección y darle alegría al pueblo salvadoreño, tal como él la tuvo en su primera cita mundialista.
Al ser consultado sobre cuál de los mundiales le trae mejores recuerdos, no duda en decir que “el primero. Es el mundial donde debutamos con algunas situaciones de inexperiencia en alto rendimiento, saber lo que significa competir con las mejores selecciones del mundo, pero definitivamente la que me trajo esa emoción, esa alegría fue el cuarto lugar en Rávena, Italia, donde logramos hacer historia para nuestro país, es algo inolvidable que uno llevará para el resto de su vida”.
Luego de debutar en Marsella 2008, la Selecta de playa también participó en Dubái 2009, Rávena 2011 y Tahití 2013, y estuvo ausente en Espinho 2015, Nasáu 2017 y Luque 2019, por lo que regresa luego de ocho años en calidad de campeón de la Concacaf.
“Uno siempre va lleno de emoción, de compromiso, con ese sentimiento de hacer las cosas bien por su país, de ver ondear la bandera de nuestro país. Cantar el himno nacional fuera de nuestra patria en una Copa del Mundo, es algo inolvidable, es algo que verdaderamente lo lleva uno en su corazón”, dice el técnico.
Gallo considera que lo anterior es una de las cosas que lo motivan a hacer bien las cosas, así como también el apoyo de la afición, de diferentes patrocinadores e instituciones como el Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES) y la Federación Salvadoreña de Fútbol (Fesfut).
Sin embargo, el entrenador nacido en Usulután considera que “estos éxitos, esos triunfos solo los da Dios a medida que te vas guiando por el camino correcto, cuando tú estás haciendo las cosas bien, cuando sos feliz, cuando haces el bien a muchas personas que verdaderamente lo necesitan, eso es algo que va marcando tu vida paso a paso”.
Gallo afirma que lo importante es dejar un precedente, para que quienes lleguen en el futuro, hagan las cosas bien y que tengan fe en ellos y en Dios, pues todo eso lleva a que la persona sueñe en grande.
“Uno está de paso en esta tierra y tiene que dejar esa huella, ese legado para que verdaderamente las personas que vengan tanto en la parte técnica como en la parte de jugadores y en la parte administrativa, traten de hacer las cosas como se debe, creyendo en Dios y creyendo que El Salvador es grande cuando uno quiere hacer las cosas bien”, comenta el entrenador
Como parte de su legado, el técnico ha logrado que el fútbol playa se proyecte a todo El Salvador e incluso fuera de nuestras fronteras, lo que ha permitido que se masifique la modalidad, lo que se ha visto reflejado en la Liga de Fútbol Playa del INDES.
“Hay un recurso humano en nuestro país que debe ser aprovechado, no sólo en el fútbol playa, sino en todas las disciplinas deportivas, para sacar adelante al país y darle una oportunidad a los jóvenes que busquen el camino correcto, y que se alejen de los malos pensamientos, de los malos caminos, para que para que saquemos todos juntos adelante a El Salvador”, dice Gallo.