Scooby, Sleepy, Oso, Shogui, Mercenario y Gufy son algunos de los alias con los que eran conocidos 10 de los 15 jefes nacionales de la Mara Salvatrucha detenidos en el marco de la guerra contra las pandillas que el Gobierno del presidente Nayib Bukele emprendió desde el pasado 27 de marzo y que hasta la fecha totaliza la detención de más de 800 cabecillas de esas estructuras terroristas en todo el país.
La captura más reciente de un jefe nacional de maras fue ayer. Eduardo Pérez, alias Scooby, fue deportado desde Guatemala, a donde había huido de las autoridades.
Tras ocho meses de implementada esta nueva etapa de la sólida estrategia de seguridad de la administración Bukele, hasta el pasado martes 6 de diciembre, la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) habían aprehendido a 59,307 pandilleros en todo el territorio, de los cuales más de 51,600 han pasado a la siguiente etapa del proceso judicial en la cárcel por orden de los jueces.
Ante esto, el mandatario salvadoreño tiene bien definida la ruta para terminar con las pandillas en El Salvador y ha manifestado que la guerra contra los terroristas finalizará hasta capturar a todos los mareros, que por muchos años atemorizaron a los salvadoreños y se incrementaron ante la inacción de los gobiernos de ARENA y del FMLN.
«La gente no tiene miedo del régimen de excepción, como dicen algunos países poderosos, que, más bien, nos hundieron en la miseria y la delincuencia. La gente está feliz con el régimen de excepción y con la guerra contra las pandillas», destacó el presidente Bukele en días pasados.
Las declaraciones del jefe de Estado vienen luego de que la oposición y organizaciones nacionales e internacionales criticaron los planes de seguridad que han permitido a los salvadoreños vivir en tranquilidad y sin el acoso de los pandilleros. Las diferentes detenciones se hacen bajo legalidad y el apego al respeto de los derechos humanos.
«Cuando vemos otros países, en este y en otros momentos, que han combatido a los terroristas y al crimen internacional que los acecha, dejan a su paso de este combate decenas de miles —o centenares de miles— de muertos», manifestó Bukele.
Así ha ocurrido en diferentes épocas y regiones a lo largo de los años. «Han alegado que es por su seguridad», observó el mandatario. Pero «El Salvador no. La tasa de las bajas de los criminales es increíblemente baja», insistió el jefe de Estado. Si bien hay alrededor de 59,000 capturados, pocos han fallecido en este contexto.
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