Por: Julio Palacios
La actual situación de epidemia nacional nos debe de promover a un análisis político estratégico, de cómo debemos de encontrarnos en los próximos años para encontrar las soluciones al conflicto social que ya se avizora; y que se alimenta cada día por la miopía política de actores políticos algunos; por la ceguera política de otros, por la terquedad política incorrecta, y por la judialización política ancestral heredada de los tiempos de “Maricatán” y de los buenos tiempos de la “Pacona” pareja de “don Simón”, con el reparto de los tamales, huacales, delantales, piropos, embarazos, e hijos sin padre en los periodos electorales, a lo largo y ancho de nuestro país, El Salvador de siempre.
El ejercicio del poder político de El Salvador esta en estos momentos pasando del Estado Constitucional Corporativo, a una forma de Estado Social Democrático. Y se expresa en la encarnizada lucha del control de los órganos del Estado, los que fueron diseñados para otros actores políticos, otras circunstancias político-sociales, otras riñas partidarias propias, o ajenas a los actores medievales de ese feudalismo tardío que está extinguiéndose aceleradamente. La presente Constitución Política ya dio todo lo bueno que tiene, y debe de dar paso a nuevos actores, y nuevas ideas constitucionales y a la ansiada y reclamada nueva “Teoría del Estado de la Republica de El Salvador”
Un nuevo orden para gobernar toca la puerta nacional, la vieja era de las campañas políticas, con todo y sus discursos de los representantes de la oligarquía mixta; de los malos salvadoreños liados con extranjeros abusivos que configuran una fuerza muy incidente en los asuntos del Estado; y en las “Instituciones del Estado”, que son controladas por sus operadores políticos corporativos, y sus designados a sueldo, casi todos a cuenta del erario público, algunos oficialmente, y otros por cuenta de los mismos mandamás corporativos asilados en cargos públicos de las instituciones del Estado Nacional.
La llegada del joven Presidente con la aprobación electoral inicial, y con la aprobación constante de la mayoría de ciudadanos con color o sin color partidario, ha tomado por los escasos pelos a muchos vejetes políticos que no oyen a sus sensatos consejeros, y que por su invertebrada terquedad desoyen a quienes pueden aminorarles el golpe emocional de haber perdido el mayor poder político presidencial de la historia nacional de El Salvador.
Seguirán en el tinglado político nacional por algún tiempo, las elecciones del próximo año les darán algún espacio de maniobra a los dueños o dirigentes de los partidos político aun operando, hasta que se extingan por su propio mérito o mano propia al dispararse en sus propios pies; y sin la complicidad de sus correligionarios que ven hundirse al barco de sus amores. La tormenta ya está en el horizonte, se oyen los claros clarines de su réquiem, y el funeral acto político de enanos en minoría del 4%.
El año eleccionario del 2021 veremos una miríada de aves en fuga, las aves de rapiña del espacio político salvadoreño, como también nuevas esperanzas y nuevos presagios políticos.
Veamos que sucede, pero me parece un análisis visionario de la fotografía del momento, y de los cambios sociales imperantes,
ES RAZONABLE LO QUE ESCRIBE SEÑOR PALACIOS, PERO CON BASE A ESO MISMO, LOS SALVADOREÑOS NO DEBEMOS PERDER DE VISTA QUE NO BASTA SÓLO CON CAMBIAR DE PROTAGONISTAS, PUES EL CAMBIO NO NECESARIAMENTE PUEDE SER PARA BIEN. EL PUEBLO DEBE ESTAR ALERTA.
Se gastaron su último cartucho, la vieja división entre izquierda y derecha se borró como náufragos en medio de una tempestad que no comprenden pero encadenados hasta su final, la era del Dogmatismo ideológico termino y el Pragmatismo dinámico surge
La esperanza mantiene al tonto .mas dormilona de los nayipn….
Contanos uno de pepito pluma con hambre
Muy bueno y apegado a la realidad
pero se queda corto en cuanto al daño que están ocasionándole al pueblo los que no aceptan que el pueblo los saco y oponiéndose a todo desde la Asamblea L.
Buena opinion.
Por eso NECESITAMOS UN REFERNDO…YA!