¡Histórico! Alfa Karina Arrué ha escrito la página más grande y gloriosa del montañismo nacional, ya que este miércoles (jueves en Nepal) se convirtió en la primera persona salvadoreña en llegar a la cima del Monte Everest.
“¡Hola El Salvador! Te tengo una buena noticia, Alfa Karina Arrué se convirtió en la primera salvadoreña en la cumbre del Monte Everest (8848.86 m) esta mañana. ¡FELICIDADES!”, publicó la cuenta de Twitter @EverestToday que oficializa los ascensos.
Arrué, quien contó con el respaldo económico por parte parte del Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES), conquistó el Everest en su segundo intento, ya que el año pasado las duras condiciones del clima solo le permitieron sobrepasar los 8,000 msnm.
¡Felicidades a Alfa Karina Arrué la primera salvadoreña en la cima del Monte #Everest (8848.86 m), la montaña más alta del mundo!”, agregó la cuenta @EverestToday, reafirmando la noticia.
Su historia
Arrué nació el 22 de abril de 1976, es originaria de Santa Tecla y sus padres son Héctor Valle y Raquel Arrué de Valle. Es la mayor de tres hermanos y define su infancia como una etapa feliz. “Era una niña muy inquieta y activa, por eso tengo muchas cicatrices”, asegura.
Durante su niñez, Alfa Karina perteneció al movimiento scout y fue así como tuvo su primer contacto con las montañas. El ascenso a El Boquerón de San Salvador fue su primer paso. “Para mí, esa experiencia fue como ¡wow! Así fue como conocí las montañas, también fuimos a Montecristo, después hicimos una larga caminata desde Zaragoza a las cascadas de San Antonio, en La Libertad”, recuerda.
Ya en la adolescencia, las actividades deportivas aumentaron, pues dedicaba aproximadamente cinco horas a realizar diversas actividades físicas, entre ellas: correr, jugar baloncesto y surfear, en lo que estuvo involucrada casi cuatro años.
Luego llegó una nueva etapa en su vida: ingresó a la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas a estudiar la carrera de Ciencias Jurídicas. Sus estudios universitarios la obligaron a poner en pausa sus actividades deportivas y le abrieron las puertas al amor, ya que conoció a quien sería el padre de sus tres hijos.
“Para mí, ser mamá es lo más hermoso que me pudo pasar. Me encanta todo, mi papel de madre, me encantan mis hijos, es más, yo quería tener cinco hijos, pero no pude porque todos mis embarazos fueron de alto riesgo”, recuerda la montañista.
No todo fue color de rosa. Luego de ocho años de matrimonio, Alfa Karina y su esposo tomaron la decisión de divorciarse. «Eso no estaba entre mis planes, porque cuando uno se casa no lo hace con esa intención, pero he aprendido que todo pasa por una razón y ahora estoy aquí”, reflexiona Arrué.
Incluso, ese capítulo de su vida la llevó a caer en una depresión severa, pero sacó fuerzas de la debilidad y supo reponerse.
“Pasé un momento difícil después del divorcio. Me deprimí súper fuerte, pero luego pensé en que mis hijos no podían verme así, no podía ser ejemplo de derrota especialmente para las niñas, así que ahí fue donde empecé a levantarme y a buscar actividades para reencontrarme», recuerda la atleta.
Tras tocar fondo emocionalmente, Alfa Karina tuvo un amor a primera vista con las montañas. Y es que la atleta reconoce que en cada ascenso realizado sentía que su carga personal, sus miedos y dolor iban mermando, por lo que se enamoró del montañismo.
Su trabajo social
Alfa Karina es abogada y notaria. Se graduó en 2002 de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Luego, en 2008, realizó una especialización en Desarrollo Local en la Universidad Pablo de Olavide, de España, a lo que se agrega una maestría en Derecho Constitucional y Derechos Humanos.
“Siempre he trabajado mucho en el campo, en las áreas rurales y es la satisfacción más grande que tengo. Me gusta desarrollar proyectos de área rural para mujeres”, detalló.
Actualmente trabaja de manera independiente dando consultorías sobre programas de apoyo a mujeres, programas de reinserción social y programas de arte.
¿Por qué subir el Everest?
Arrué se ha preparado durante más de seis años. Desde aquel día que decidió despojarse de su carga emocional y se comprometió con ella misma a dar lo mejor en cada montaña, su objetivo de subir la cumbre más alta del mundo fue más clara.
El Monte Everest ha sido denominado como “El techo del cielo”, ya que con sus 8,849 metros sobre el nivel del mar es considerada la montaña más alta del mundo y pertenece al exclusivo listado “Las 14 ochomil”, en el que figuran todas las cumbres que miden más de ocho mil metros.
Hasta la fecha hay registro de que cinco salvadoreños ya lo intentaron: Camila Palomo, Connie Sol y Adriana Sol en 2018, mientras que Liss Nieto y Eduardo Nieto trataron en 2019, sin embargo, ellos solo lograron llegar al Campo Base Sur del Monte Everest (5,364 msnm) en Nepal, en donde se puede tener acceso haciendo trekking turístico, sin necesidad de un permiso de montañista profesional.
Es por ello que Arrué, quien anunció en 2015 que sería la primera salvadoreña en intentar subir a la cumbre del Monte Everest, quiere hacer historia e ingresar al selecto grupo de mujeres que han logrado llegar a la cima del Everest.
“El montañismo me ha generado retos y eso ha hecho que me esfuerce mucho más, en relación a los demás deportes que practiqué. Sé que todos los deportes necesitan disciplina y esfuerzo, pero particularmente este, por las condiciones en que lo inicié y de dónde me sacó, me enamoró”, expresa Karina.
Para Arrué, el Everest se ha convertido en un reto personal que ha requerido de más de seis años de sacrificio, persistencia, mucho trabajo de acondicionamiento físico y mucha fortaleza mental.
En esa etapa de preparación Alfa Karina ha ascendido cumbres importantes de América, como: el Cerro Aconcagua, en Argentina (6,982 msnm), el Volcán Chimborazo, en Ecuador (6,268 msnm), el Nevado Pisco, en Perú (5,752 msnm). Además, ha subido en ocho ocasiones el Volcán Citlaltépetl, en México (5,650 msnm).
“De los 14 ochomil, el Everest es un hito. Si logras hacer esta cumbre, entonces estás seguro de que podés hacer los otros que son más bajos que el Everest. Eso sí, no significa que sean más fáciles, porque son más técnicos, pero las condiciones que se enfrentan en la cumbre del Everest lo hacen ser el más difícil», explicó Arrué.
La primera vez
Alfa Karina Arrué intentó por primera vez subir a la cima del Monte Everest el año pasado; sin embargo, estuvo a 800 metros de lograr su objetivo, ya que alcanzó el campo cuatro del Collado Sur, a 8,063 msnm, pero estar a -46 grados centígrados y con vientos de 150 kilómetros por hora, la hicieron desistir y descender.
En esa ocasión, Arrué partió del país el 22 de marzo y se instaló en el campo base el 11 de abril. Desde ahí realizó dos ataques para convertirse en la primera persona salvadoreña en alcanzar la cima del Monte Everest.
En su primer intento, una tormenta atrapó a Alfa Karina a la mitad de una inmensa pared de hielo. “Nunca en mi vida había tenido miedo de morir. Hasta ese día. Viera qué terrible la tormenta. No miraba nada, solo la cuerda. Y si dejaba de moverme, iba a morir congelada”.
Como se dijo antes, Arrué estuvo cerca de completar su objetivo, pero las condiciones del clima se lo impidieron. “En 10-12 horas llegaba a la cumbre. He llorado tanto, pero Dios sabe lo mejor siempre”, reflexionó Arrué en esa ocasión.
Respaldo total
Ahora, a diferencia del año pasado, Alfa Karina Arrué afrontó este reto con el respaldo total del INDES y esto, sumado a la experiencia adquirida el año pasado, dio como resultado final que logró su objetivo.
“Estoy emocionada, alegre, pidiéndole a Dios y a la montaña por esa ventana de buen clima que nos permita llegar a la cima. También me siento confiada, siento que todo ha fluido y ha sido de forma natural y nada ha sido forzado”, dijo Arrué antes de partir el 30 de marzo rumbo a Nepal.
Para esta travesía, INDES facilitó $60 mil dólares a la Federación Salvadoreña de Montañismo y Escalada para cubrir todos los gastos en los que incurriría la montañista en su travesía entre estos: equipo deportivo, comunicación, visa, seguro, boletos aéreos, alimentación, imprevistos, entre otros.
“Alfa Karina es un ejemplo para nuestra sociedad, un ejemplo de tenacidad, de superación para las mujeres salvadoreñas”, dijo Yamil Bukele, presidente ad honórem del INDES, al momento de anunciar el apoyo a la atleta.
Previo a su viaje, Arrué realizó una serie de entrenamientos para llegar en óptimas condiciones al reto que le espera en Nepal, ya que conoce a la perfección aquellos aspectos que debía fortalecer para poder coronar la cima del Everest.
De esa forma, la montañista realizó ascensos técnicos y escaladas en hilo en Bolivia y Ecuador; luego viajó a Chile para ascender el Volcán Ojos del Salado (el más alto del mundo), realizó los retos en Cerro el Brujo y el volcán Ilamatepec acá en El Salvador; en México y Chile trabajó la resistencia física, y culminó su preparación en Colombia trabajando la fuerza y resistencia.
La conquista
Arrué partió de El Salvador el pasado 30 de marzo y su ruta fue El Salvador-Miami-Doha-Nepa a donde llegó el 1 de abril. De ahí abordó un vuelo interno de Katmandú a Lukla y así inició su ascenso al campo base (5,364 msnm), al cual arribó el 11 de abril.
De ahí, la salvadoreña realizó una serie de entrenamientos en Khumbu y escaló la montaña Lobuche (6,000 msnm), dos simulacros de escalada que le sirvieron para adaptarse al clima y a la altura.
Luego, una vez su cuerpo se adaptó a esas condiciones extremas, Arrué realizó con éxito, del 25 de abril al 1 de mayo, su rotación desde el Campo Base a los campamentos 1, 2 y 3 del Monte Everest, con lo cual quedaba preparada para su desafío final: atacar la cunmbre del Techo del Mundo.
“Ahora a esperar qué dicen los expertos de la montaña, ver cuándo se abrirá la ruta hasta la cumbre con la primera ventana de buen clima”, había anunciado la montañista el 1 de mayo.
Y por fin llegó el gran día. El 7 de mayo, Arrué anunció que había iniciado el ascenso a la cima del Monte Everest y hoy, 5 días más tarde, se confirmó la noticia de que la salvadoreña consiguió un hito histórico para el montañismo de nuestro país.
Pero eso no es todo: además de ser la primera persona salvadoreña en llegar a la cima del Monte Everest, Alfa Karina ingresó en el selecto grupo de montañistas centroamericanas que han logrado esa hazaña.
De esta forma, Arrué se convierte en la tercera mujer centroamericana en hacer cumbre en el Everest, ya que hasta la fecha solo las guatemaltecas Andrea Cardona (al tercer intento) y Bárbara Padilla (al cuarto intento) lo habían conseguido.
“Este sueño me nació al darme cuenta de que somos de los pocos países del mundo que no hemos llegado a la cima del Everest. Luego esta meta se convirtió en algo colectivo porque será un hito para el país y quiero ser inspiración para las nuevas generaciones que se pueden lograr grandes cosas”, había dicho la montañista y hoy lo ha logrado.
y eso en que le beneficia al pais? ya se dio el gustazo y disfruta de los 5 minutos de fama con los impuestos nuestros.
EXCELENTE UN LOGRO MAS EN SU VIDA FELICITACIONES
Muchas felicidades Alfa. Simplemente increible
Lo que esta mujer a logrado no es fácil. Felicidades