El sistema penitenciario salvadoreño no solo es un espacio para purgar condenas por delitos cometidos. También hay programas que permiten a las personas cautivas someterse a procesos de formación laboral que les posibilitarán abrirse nuevas oportunidades cuando se deban incorporar a la vida en libertad.
«El Plan Cero Ocio» es un programa que abre puertas a aquellos reos hombres y mujeres que se encuentran en fase de confianza o de semi libertad para que puedan acceder a oficios como la agricultura y crianza de animales de granja.
En la Granja Penitenciaria Autosostenible de Izalco, municipio del departamento de Sonsonate, cada día, las privadas de libertad se levantan a las 4:00 a.m. e inician su jornada con una oración.
Posteriormente reciben sus herramientas de trabajo y se desplazan a las diferentes áreas agrícolas.
Son 35 áreas donde trabajan las privadas de libertad, instruidas por el personal especializado de Centros Penales, quienes también les designan las actividades que deben realizar en el día, durante su proceso de rehabilitación.
Una comisión se encarga de los cultivos a la intemperie de maíz y frijol, mientras otras internas realizan siembra de hortalizas en cada una de las 12 casas mallas con las que cuenta esta granja.
También, existe un área donde las internas aprenden sobre el cuido de animales de granja y al mismo tiempo adquieren destrezas que les servirán para desempeñarse en la futura vida en libertad.
En las Granjas Penitenciarias Autosostenibles los privados de libertad: cultivan, cosechan, cocinan y consumen sus propios alimentos.
«Esta es la transformación del Sistema Penitenciario con el gobierno del presidente Nayib Bukele, donde las personas con voluntad de cambiar sus vidas, aprenden diferentes habilidades mientras cumplen su condena», asegura el viceministro de Justicia y director general de Centros Penales, Osiris Luna Meza.