En la ciudad de Sonsonate, un total de 1,200 feligreses católicos se preparan para cargar la urna del Santo Entierro, junto a la imagen del Cristo, en un recorrido de 15 horas por la diferentes calles de la localidad.
Según miembros de la Hermandad del Santo Entierro de Cristo, que es la encargada de organizar la procesión, este acto representa un honor para los feligreses, ya que para muchos representa un sacrificio o agradecimiento al Creador.
Cuentan que esta urna, que recorre siete kilómetros de la ciudad, se construyó en 1936, a base de una madera conocida como melón, y en esa época fue extraída del área protegida del Cerro El Imposible y pesa más de 5,000 libras. Actualmente conserva su color de madera natural.
«Nosotros como devotos, significa mantener la tradición que con muchas generaciones nos han heredado, nosotros estamos tratando de dejar esto a nuestros hijos. A nosotros nos compromete año con año mostrar mayor sacrificio. Esto es único en Sonsonate. Además tiene un significado especial con Dios», expresó Juan Valle, presidente de la Hermandad del Santo Entierro.

La urna es cargada por 40 personas, éstas se organizan en grupos rotativos y parten de la Catedral de la Santísima Trinidad el viernes a las cinco de la tarde y finaliza el día siguiente a las 8 de la mañana.
Según la historia, la primera urna que tuvieron en Sonsonate era cargada por 16 personas, luego pasó a 20 y esta que se ha convertido en la más grande y pesada.


