Una anciana de 91 años, quien vive sola en un apartamento, fue lanzada a la calle por dos mujeres, pese a que está al día con el pago del alquiler.
Josefa Dolores Bolaños se despertó temprano este domingo, al igual que lo hace otros días, para poner café y limpiar su apartamento. Se mueve con dificultades entre las cuatro paredes, a causa de cargar con 91 años y una tremenda soledad, después de la partida de su hijo hacia Estados Unidos, hace mucho, y del que casi ya no sabe nada.
Este domingo a las 6 de la mañana dos mujeres tocaron a su puerta, una era la encargada de cobrar la renta mensual de $80 y la otra, una joven que la ayudaría a cargar las cosas de la anciana hacia la calle. La encargada de la renta es una abogada que ha estado cobrando puntual durante casi 5 años el alquiler que paga la viejita con lo que recibe de la pensión del INPEP y de la ayuda que le dan algunos vecinos. Para completar el dinero, la anciana recolecta botellas y latas vacías en los alrededores de los apartamentos, que luego vende a los recicladores.
Pero esta vez, la casera no llegó a cobrar sino a sacar a la anciana del apartamento, con sus pocas pertenencias, las que fueron lanzando a la calle con la ayuda de la otra mujer. En el transcurso dañaron un viejo televisor y perdieron los documentos con los que cobra la pensión. En cuestión de minutos, Josefa se quedó sin un techo donde pasar la noche y el próximo invierno.
El apartamento está ubicado en el Centro Urbano José Simeón Cañas, de la colonia Zacamil, edificio 117, número 14. La razón que dieron las mujeres para sacar a la abuelita fue que el inmueble ya se vendió y que el contrato de renta ya estaba vencido. El desalojo era inevitable.
Ahora Josefa no tiene donde pasar la noche, ni a un familiar que vele por ella. Según dice tiene un hijo viviendo en Estados Unidos, pero “está mal de la cabeza” y lo último que supo de él es que se encontraba en coma luego de un accidente sufrido en aquel país.
Dentro de unos días, Josefa, nacida en Zacatecoluca, departamento de La Paz, cumplirá 92 años. Quién sabe dónde estará entonces. Este domingo quedó en la calle. Sus vecinos se compadecieron y la han acogido. Paulina es un alma caritativa que la ha apoyado ocasionalmente y esta vez se ha puesto a disposición para coordinar cualquier tipo de ayuda, la que se puede recibir en número telefónico 70171060.