«Deja de tragarte el tema de las élites», el artículo de opinión del presidente Nayib Bukele en la revista Bitcoin Magazine

El presidente de la República de El Salvador, Nayib Bukele, publicó un artículo de opinión en la revista Bitcoin Magazine, que es la más antigua en recoger información sobre esta criptomoneda. El artículo estará en su edición impresa en inglés en los próximos días, sin embargo, el texto del mandatario ya se encuentra en su edición digital, la cual fue compartida por el mismo presidente.

Bukele asegura en la publicación que la adopción del bitcóin en El Salvador tiene entre sus principales detractores a las élites poderosas que están dispuestas «a luchar, a mentir, desprestigiar, destruir, confiscar, publicar y hacer lo que haga falta para mantener y afianzar su control sobre‘la verdad‘, sobre todo y sobre todos», describe.

Sostiene que es falso que el país haya perdido $50 millones por el desplome de la criptomoneda ya que el país no ha vendido sus unidades.

Destaca que El Salvador produjo el año pasado bienes y servicios por $28.000 millones, es decir, que ante una hipotética pérdida solo equivaldría a menos del 0,2 % de su Producto Interior Bruto (PIB).

En 2021 el PIB salvadoreño creció un 10,3 %, el empleo aumentó un 7 %, la exportación de energía subió un 3.291 % y la tasa de delincuencia y homicidios bajó un 95 %. «Estas son cifras reales y hechos que la narrativa no podrá distorsionar», agrega.

AQUÍ EL ARTÍCULO COMPLETO ESCRITO POR EL PRESIDENTE BUKELE, DISPONIBLE EN BITCOIN MAGAZINE

EL 7 DE SEPTIEMBRE DE 2021 El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el bitcoin, la nueva moneda mundial.

Recuerda esas palabras, que quedarán grabadas en la historia del dinero.

Al día de hoy, en estos momentos iniciales, las opiniones se han quedado atascadas en las clasificaciones: como un movimiento inteligente, una movimiento tonto, o simplemente una apuesta.

Pero por supuesto no fue nada de lo anterior. Fue el único movimiento obvio, el único lógico. Para los que no comprenden, la verdadera pregunta no es si los otros países adoptarán el bitcoin, sino cuándo lo harán.

Estamos en una etapa muy temprana de este cambio de paradigmas y por eso una acción del sentido común es controvertido; hay muchas personas que la aplauden y muchos más detractores.

En esta ocasión no me detendré a analizar los que la apoyan, sino a los detractores.

Estos se pueden dividir en tres grupos:

• Los que genuinamente creen que fue una decisión equivocada.
• Los que creen que fue una buena decisión, pero por las razones equivocadas.
• Los que tienen miedo de nuestra decisión.

Ahora bien, lo interesante es que la existencia de los primeros dos grupos se debe principalmente al tercero.

¿POR QUÉ?

Porque los detractores que más alzan sus voces, los que tienen miedo y nos presionan para revertir nuestra decisión, son las élites poderosas y las personas que trabajan para ellas o se lucran de ellas.

Antes eran los dueños de todo, y de cierta forma todavía lo son: los medios de comunicación, los bancos, las ONG, las organizaciones internacionales y casi todos los gobiernos y las corporaciones del mundo.

Y con eso, por supuesto, también tienen los ejércitos, los préstamos, el suministro de dinero, las clasificaciones crediticias, las narrativas, la propaganda, las fábricas y el suministro de alimentos; controlan el comercio y el derecho internacional. Pero su arma más poderosa es el control sobre «la verdad».

Y están dispuestas a luchar, mentir, desprestigiar, destruir, censurar, confiscar, publicar y hacer lo que haga falta para mantener y afianzar su control sobre «la verdad», sobre todo y sobre todos.

Basta con considerar los cientos, si no miles, de artículos acerca de cómo supuestamente la «apuesta bitcoin» ha destruido la economía de El Salvador y como vamos inevitablemente rumbo al impago, como nuestra economía ha colapsado y nuestro gobierno está en bancarrota.

Seguramente la mayoría los ha visto, ¿cierto? Están en todas partes. Cada publicación financiera, todos los noticieros importantes, cada periódico del mundo, todas las agencias de calificación crediticia y todas las organizaciones financieras internacionales dicen lo mismo, de una sola voz.

PERO, ¿TIENE ALGO DE VERDAD?

Solo hay que leer sus artículos y escuchar a sus «expertos» decir que todo esto sucedió después de que El Salvador perdiera unos $50 millones por el desplome del precio del bitcoin. Puesto que nosotros no vendemos bitcoin, este argumento a todas luces es falso. Pero en aras de un análisis más profundo, supongamos que es totalmente cierto; claramente no es así, pero partamos de ahí para efectos del ejercicio.

¿Es en serio? ¿La destrucción de la economía entera de un país por una pérdida de $50 millones?

Si bien es cierto que El Salvador es un país relativamente pobre, solo en el año 2021 produjimos bienes y servicios por un valor de $28 mil millones. Así que promover la idea de que una pérdida de $50 millones – menos del 0.2% de nuestro PIB – destruiría o tan solo pusiera en riesgo la economía del país va más allá de ser tonto: es revelador.

$28 MIL MILLONES

Uno creería que los genios económicos de Bloomberg, Forbes, Fortune, Financial Times, Deutsche Welle, BBC, Al Jazeera, The Guardian, The New York Times, The Washington Post, etc. tendrían suficientes analistas y editores versados en el tema como para evitar que se publiquen estos disparates. Uno pensaría que las juntas editoriales nunca aprobarían estos artículos absurdos, pero lo hacen. E incluso a veces se les otorga mucho espacio, como una página completa en The New York Times.

Así que el argumento de que hemos perdido 50 millones de dólares en bitcoin es falso, porque simplemente no hemos vendido ningún bitcoin. E incluso si fuéramos a aceptar ese argumento, entonces sería absurdo concluir que una economía de $28 mil millones por año llegaría a la bancarrota o el impago por una «pérdida» de 0.2% en un año, cuando en el 2021 nuestra economía creció en 10.3%, o $4 mil millones. ¡Y eso según las propias cifras del FMI!

Aun si decides aceptar ese argumento absurdo como verídico, ignorando toda matemática y lógica básica, aun así tendrías que preguntarte por qué estos medios de comunicación globales dedican tanto tiempo y espacio para hablar de un país tan pequeño como El Salvador.

¿Hablaban de El Salvador antes? ¿Les importaba antes lo que sucedía en nuestro país? ¿Informaron de los $37 mil millones que los gobiernos anteriores robaron del erario de nuestro país?

Pregúntate: ¿Hace algunos años, sabías dónde quedaba El Salvador en el mapa? ¿Sabías el nombre del presidente anterior de El Salvador? ¿Sabías acerca de sus políticas económicas fallidas?

Las respuestas a esas preguntas hacen aún más absurda la aseveración, en cientos de publicaciones financieras serias, que una economía que produce $28 mil millones al año puede quebrar por una pérdida debatible de $50 millones. Es toda la prueba que deberías necesitar para saber que están tratando de engañarte.

De hecho, estas son las cifras reales, que son datos públicos que pueden ser investigados y verificados fácilmente:

En 2021, nuestro PIB creció en 10.3%, los ingresos provenientes del turismo crecieron en 52%, el empleo creció en 7%, las nuevas empresas subieron en 12%, las exportaciones se incrementaron en 17%, la generación energética creció en 19%, la exportación de energía creció en 3,291% y los ingresos internos crecieron en 37%, todo sin subir impuestos. Y este año, la tasa de delincuencia y homicidios ha bajado en 95%.

Estas son cifras reales y hechos que la narrativa no podrá distorsionar. El único número susceptible a cambiar por su retórica es el precio de nuestros bonos, ya que dependen principalmente de la narrativa oficial y la clasificación crediticia de sus agencias; más «verdad» que la verdad en sí.

Han dicho una y otra vez, en más de 100 publicaciones autoacreditadas, que no somos capaces de pagar nuestras deudas y vamos rumbo al impago. Hasta nos clasificaron como el país con el mayor riesgo de impago del mundo. Dijeron que El Salvador tenía incluso más riesgo que Ucrania. Sí, exacto.

Entonces para contrarrestar esa narrativa, hicimos justo lo contrario de no pagar nuestras deudas: ofrecimos pagar por adelantado. Y es por eso que este mes compraremos todos nuestros bonos de 2023 y 2025, todos los que los titulares desean vender, por supuesto, a precio de mercado.

También te han dicho que hay grandes protestas contra el bitcoin en El Salvador. Pero no han sido grandes en absoluto. Además, ¿por qué mi gobierno gozaría de una aprobación del 85-90% según todas las encuestas del último año, incluyendo varias encuestas realizadas por la oposición y por encuestadoras internacionales independientes, si realmente estamos manejando tan mal las cosas? Por cierto ¿cuál es el nivel de aprobación de tu presidente?

Entonces si estás entre los primeros dos grupos de detractores, mi mensaje es este: deja de tragarte ese cuento de las élites y mira los hechos. Mejor aún, te invito a venir y preguntarle a la gente, a ver por ti mismo las transformaciones, a pasear por las calles, a ir a la playa o visitar nuestros volcanes, a respirar el aire puro, a sentir lo que significa ser libres de verdad y ver cómo uno de los países más pobres del continente y la anterior capital mundial de los homicidios está cambiando rápidamente para llegar a ser el mejor lugar que puede ser.

Luego pregúntate: ¿Por qué las fuerzas más poderosas del mundo están en contra justamente de esas transformaciones? ¿Por qué les debería de importar?

Ahora ya lo ves, ¿no? La razón por todo esto es que no luchamos simplemente en contra de una oposición local o los obstáculos normales que cualquier país pequeño enfrentaría, sino contra el sistema mismo, por el futuro de la humanidad.

El Salvador es el epicentro de la adopción del bitcoin, y por ende de la libertad económica, la soberanía financiera, la resistencia a la censura, la riqueza no confiscable y el fin de los coronadores de reyes, sus publicaciones, devaluaciones y la reasignación de la riqueza de las mayorías hacia los intereses privados, las élites, los oligarcas y los poderes en las sombras detrás de ellos, moviendo los hilos.

Si El Salvador lo logra, muchos países seguirán el ejemplo. Si El Salvador llegara a fracasar, algo que nos rehusamos a hacer, ningún otro país lo intentará. Ellos lo saben bien y por eso luchan tanto en nuestra contra. ¿Entrarás el juego de ellos? ¿O te darás cuenta del verdadero juego?