A partir del estancamiento de los salarios, la inflación y la reducción de la capacidad de compra del salario de los trabajadores en Estados Unidos y el resto del mundo, la revista The Atlantic calculó las finanzas ajustadas del hogar de Homero y Marge.
“La familia más disfuncional de la televisión de los ‘90s disfrutaba, según los estándares de hoy, una existencia soñadamente segura, que actualmente parece fuera del alcance para demasiados estadounidenses”, escribió Dani Alexis Ryskamp en The Atlantic. Su ejercicio de comparación financiera sobre cómo ha cambiado el nivel de vida de las personas comunes en los años recientes se aplica más allá de los Estados Unidos, del mismo modo que la fama de Los Simpsons —la familia en cuestión— llega más allá de ese país.
Homero no tiene estudios universitarios, pero haber terminado la escuela secundaria le permitió tener un empleo estable, con beneficios regulados por acuerdos sindicales, en la planta nuclear de Springfield, y su salario basta para una familia de cinco personas. “Una casa, un automóvil, alimentos, visitas regulares al médico y un resto suficiente para un montón de cerveza en el bar local”, enumeró Alexis todo lo que lograba un único ingreso de clase trabajadora.
El estilo de vida de Los Simpsons, lejos de ser fantástico, era en extremo común: allí radicaba una de las claves del encanto de la serie de Matt Groening. “El episodio ‘Much Apu About Nothing’, de 1996, muestra el salario de Homero”, recordó la joven escritora. “Gana USD 479.60 por semana, lo cual significa que tenía ingresos anuales de unos USD 25.000″. Una cifra parecida a la que ganaban sus padres, por lo cual la Navidad que se ve en el primer episodio, de diciembre de 1989, le recordó a sus navidades en familia: “Decoraciones hechas a mano, bombillos quemados y sólo un puñado de regalos”.