La pelea con Kim Kardashian, el pánico a subirse a un escenario o el cáncer de su madre son algunas experiencias sobre las que reflexiona la cantante al cumplir 30 años.
A finales de este año (el 13 de diciembre) cumplirá 30 años y, como uno de los preparativos para este redondo aniversario, Taylor Swift ha publicado uno de sus más sinceros artículos sobre lo que ha aprendido durante sus casi tres décadas de vida. Lo ha hecho en la edición estadounidense de la revista Elle, donde protagoniza la portada de abril, y allí la cantante confiesa los miedos y las batallas a las que se ha enfrentado a lo largo de este tiempo.
Desde cómo han cambiado sus cuidados estéticos –ha pasado de pintarse la raya del ojo con un rotulador permanente como hacía de jovencita a hidratarse la piel cada día y lavarse siempre el maquillaje antes de irse a dormir– hasta cómo ha aprendido a dar importancia a los problemas reales, como el cáncer de su madre, quien está luchando contra esta enfermedad por segunda vez.
“Mis dos padres han tenido cáncer, y mi madre ahora está luchando nuevamente contra ello”, reveló. “Me enseñaron que hay problemas reales y luego está todo lo demás. […] Ahora toda mi preocupación, estrés y mis oraciones están dedicados a problemas reales”, añade.
En el artículo, titulado 30 cosas que aprendí antes de cumplir los 30, la intérprete de Shake It Off también habla sobre cómo aprendió a luchar contra su mayor temor: subirse a un escenario después del atentado de Mánchester, el 22 de mayo de 2017 durante un concierto de su colega Ariana Grande, y el posterior tiroteo en Las Vegas, el 1 octubre de ese mismo año.
Taylor Swift asegura que estuvo “completamente aterrorizada” antes de comenzar su gira Reputation. “No sabía cómo íbamos a mantener seguros a tres millones de fans durante siete meses. Hubo una gran planificación, gastos y esfuerzos para mantener a todos a salvo”, recuerda sobre el plan de seguridad que ha seguido en su último tour.
Un miedo a la violencia que, incide la cantante, ha continuado en su vida personal. “Tienes suficientes acosadores que intentan entrar en tu casa y no paras de pensar cosas malas que te pueden suceder. Todos los días trato de recordarme lo bueno del mundo, el amor que he vivido y la fe que tengo en la humanidad”, dice.
En esta especie de lista de 30 reflexiones, hay un punto también a su eterna batalla con Kim Kardashian. Aunque en ningún momento nombra a la estrella de la telerrealidad y esposa de Kanye West, solo con el enunicado de dicho apartado se descubre para quién va dirigido. “Entendí que acabar con el pequeño bullying que alguien pueda hacerte es tan simple como aprender a reír”, titula Swift.
Su enfado comenzó en el año 2009, cuando Kanye West interrumpió el discurso de la cantante en los premios MTV Video Music Awards. Aunque unos años después pareció que habían limado asperezas, la situación se volvió insostenible en 2016 cuando el rapero la llamó “perra” en la canción Famous y más tarde en el videoclip West sacó una figura de ella en tamaño real desnuda junto a otros famosos.
A esto hay que añadir, además, la llamada que hizo pública Kim Kardashian donde su marido pone en antecedentes a Swift sobre su nueva canción y esta, supuestamente, da su consentimiento, algo que la diva del pop siempre ha negado. Kim atacó a Taylor y se refirió a ella como “serpiente”, llenando Instagram de emoticonos de este animal, lo que provocó una guerra abierta entre ambas con las redes sociales y los seguidoras de ambos partícipes.
Precisamente sobre esto habla la intérprete de éxitos Look What You Made Me Do o Delicate. “En mi experiencia, he llegado a ver que los matones quieren ser temidos y tomados en serio. Hace unos años, alguien comenzó una campaña de odio en línea llamándome serpiente en Internet.
El hecho de que tanta gente saltara a bordo me llevó a sentirme más bajo de lo que nunca me había sentido en mi vida, pero no puedo decirte lo difícil que era evitar reírme cada vez que mi cobra inflable llamada Karyn apareció en el escenario frente a 60,000 fans que gritaban”, dice en referencia a una cobra que la acompañó en una de sus giras y formaba parte de su espectáculo sobre el escenario.
“Sería bueno si pudiéramos obtener una disculpa de las personas que nos acosan, pero tal vez lo único que obtendré es la satisfacción de saber que puedo sobrevivir y prosperar a pesar de ello”, culmina.