La nueva gira mundial de Madonna, ‘The Celebration Tour’, promete ser muy diferente a otros espectáculos de la diva. Cierto es que a la reina del pop nunca le ha gustado repetirse, entre otras cosas porque innovar y asumir riesgos ha sido una de las claves de su vigencia artística y su fama de pionera. Pero en este caso, y como cuenta su director musical, Stuart Price, la artista se ha marcado un reto adicional: reinventarse una vez más para sentar las bases de lo que debe ser un concierto de grandes éxitos en el futuro.
Lejos de limitarse a cantar sus canciones más representativas, o a recrear esos icónicos looks que han definido sus cuarenta años de carrera, la ambición rubia llevará la batuta de lo que ha concebido como un «documental» que tendrá una duración aproximada de dos horas y que contará con un repertorio de cerca de 45 temas: algo inédito en su larga trayectoria en los escenarios. Se trata de un viaje en el que Madonna reflexionará sobre sus humildes comienzos en Nueva York, su salto al estrellato y, asimismo, la revolución espiritual que le brindó la maternidad: todo ello a través de una propuesta artística y tecnológica de vanguardia.
«Madonna siempre ha tenido una reputación de mujer extremadamente precisa, que tiene todo perfectamente ensayado en cualquier departamento», ha contado Stuart Price en declaraciones a la BBC. «En una gira de esta magnitud, con tantos elementos, tantas partes que se mueven, todo tiene que estar altamente controlado», ha añadido sobre la complejidad de un espectáculo que deja poco margen para la improvisación.
El artista británico sabe perfectamente lo que supone trabajar con una mujer tan metódica y estricta como Madonna. En 2005, Price produjo uno de los discos más aclamados de la artista, ‘Confessions on a Dance Floor’ (2005) y previamente trabajó con ella como teclista, guitarrista y director musical en tres de sus giras más rompedoras: ‘The Confessions Tour’ (2006), ligada al mencionado álbum, ‘The Reinvention Tour’ (2004) y ‘The Drowned World Tour’ (2001). «Madonna exige mucho a los que trabajan con ella, tanto como se exige ella misma. Las expectativas son muy altas», recuerda.
Todos los proyectos de la incombustible vocalista cuentan con estilo propio y un concepto bien diferenciado, aunque tienen un denominador común. «Siempre hay algo que es dinámico, y es la propia Madonna. Su personalidad es muy fuerte, la forma en que interactúa con su público. Todo ello crea oportunidades para variar, para que cada noche sea única», ha afirmado su estrecho colaborador.
Price ha adelantado que los afortunados que hayan podido costearse las entradas, cuyos precios oscilan ahora entre los 100 y los 300 euros, si contar los paquetes VIP que pueden llegar a superar los 1.000 euros, se llevarán más de una sorpresa con el listado de canciones. Aunque no ha confirmado la teoría de que Madonna interpretará, por primera vez en décadas, hits menores pero adorados por sus fans -como ‘Nothing Really Matters’, ‘Rescue Me’ o ‘Bad Girl’-, el productor ha querido desmontar la idea generalizada que se tiene de los ‘grandes éxitos’: «No tiene por qué referirse solo a una canción. Puede ser un cambio de vestuario, un vídeo, o una declaración de intenciones», ha subrayado.
