El príncipe Harry y Meghan Markle continúan con sus planes. Mientras pasan sus días en Canadá con el pequeño Archie, evalúan cómo será su futuro en los Estados Unidos. Más precisamente en Los Ángeles, cerca de donde vive la madre de la actriz, Doria Ragland, de 63 años. Los -hasta el momento- Duques de Sussex estarían así no sólo cerca de familiares, sino también de la meca del cine y de Silicon Valley, donde ambos podrían aportar su experiencia y lograr la tan ansiada independencia económica.
Para ello, de acuerdo al diario británico DailyMail, ambos estarían analizando la compra de una mansión valuada en 7 millones de dólares en Malibu, en el corazón del jet set que eligen los artistas de Hollywood. De concretarse el acuerdo inmobiliario, se quedarían con la casa que perteneció a la ex estrella de Baywatch, David Charvet y su esposa, Brooke Burke.
La propiedad posee cinco habitaciones, una mega-piscina y una cancha de tenis, entre otras muchísimas comodidades. Pero lo fundamental: está dentro de un barrio cerrado que posee una gran seguridad privada. Como vecinos contaría nada menos que con actores y celebridades de la talla de Robert Downey Jr, Mel Gibson, Dick Van Dyke y Caitlyn Jenner.
En enero pasado, fue Jenner quien le confió a Loose Women que había escuchado que tanto Harry como Meghan estaban buscaban un hogar en Malibú. Estaría a apenas 50 kilómetros de dónde vive actualmente Ragland, en Windsor Hills. En las últimas horas se conoció que los duques abandonarían sus responsabilidades en la Familia Real el próximo 31 de marzo. A partir de entonces su oficina en el Palacio de Buckingham será cerrada y se destinará a otras tareas.
La polémica por la marca “Sussex Royal”
La reina Isabel II tomó una inicial represalia que afectará las finanzas futuras de la dupla que más dolores de cabeza le generó a la realeza británica en los últimos tiempos: la compuesta por el príncipe Harry y la actriz Meghan Markle.
La medida tiene que ver con la marca que ambos habían desarrollado y que tantos ingresos creyeron que le reportarían: Sussex Royal. A partir de los próximos días ya no podrán utilizar la palabra “royal” (realeza, real) en sus comunicados. Es que ya no pertenecen a ella, desde el 8 de enero, fecha en la que tomaron la decisión de apartarse de las responsabilidades que implicaban pertenecer a la familia real británica.
Un portavoz explicó off the record al diario inglés Daily Mail que “simplemente no pueden usar esa palabra porque ya no pertenecen a la realeza”. Harry y Meghan invirtieron decenas de miles de libras en un nuevo sitio web de Sussex Royal para complementar su popular cuenta de Instagram. Como resulta evidente, ese presupuesto era parte de las arcas de la Corona.
Sin embargo, Meghan parece no estar tan de acuerdo con esa supuesta prohibición anunciada por el periódico. La actriz le habría confiado a sus más cercanos confidentes que “legalmente nada los frena” a utilizar esa marca como distintivo familiar, al tiempo que remarcó que tampoco era su intención utilizar esa firma para lucrar con la venta de remeras o plumas.
La decisión de los duques de Sussex impactó fuertemente en la familia real británica. Desde su anuncio, el pasado 8 de enero hasta la cumbre que convocó Isabel II, fueron cinco días frenéticos de especulaciones y escándalos. Finalmente, la Reina tomó las riendas del asunto y bendijo la decisión de su nieto. “Apoyamos el deseo de Harry y Meghan de crear una nueva vida”, dijo en aquella ocasión la monarca.