La unión matrimonial de 2011 entre Kim Kardashian y Kris Humphries duró solo 72 días, pero al parecer los dolores de cabeza asociados a la ya extinta pareja se habrían extendido hasta la actualidad.
Según reportes de Page Six, la estrella de reality TV se verá obligada a renunciar a su adorado Ferrari blanca, luego que fiscales federales de EE.UU. compartieran que el obsequio de bodas, recibido de un supuesto multimillonario malayo, habría sido comprado con $325,000 robados a los ciudadanos de la nación del sudeste asiático.
El bólido italiano fue disputado por Kardashian y Humphries en su publicitado proceso de divorcio y fue la actual esposa de Kanye West la que terminó ganando la tenencia. «Kris se encontraba en la casa de Kim en el momento que el regalo fue entregado y, a pesar que la Ferrari fue obsequiado a ambos, Kim la tomó como propia y lo manejó regularmente», declaró una fuente no identificada.
En su momento, Kardashian recibió el extravagante regalo de bodas de parte de un misterioso «empresario malayo», pero nunca se preocupó por indagar un poco más sobre su procedencia, simplemente se dedicó a acelerar la máquina por las calles de Los Ángeles, completamente hipnotizada por el sonido de sus ocho cilindros. Pero hoy se vincula al Ferrari con el estafador Jho Low, el sujeto del libro titulado «La Ballena de los Mil Millones de Dólares», que explora el esquema fraudulento que lo llevó a robar $5 mil millones del gobierno malayo.
Se cree que el empresario está ocultándose en algún sitio no especificado de la China, pero eso no ha impedido que oficiales del Departamento de Justicia de los EE.UU. comenzaran a ir tras las celebridades que recibieron sus costosos presentes.
Hasta la fecha, Leonardo DiCaprio ha tenido que devolver dos valiosas obras de arte firmadas por Picasso y Basquiat, mientras que la modelo Miranda Kerr, casada con el creador de Snapchat, tuvo que decirle adiós a costosas joyas de diamantes valuadas en $8 millones.
Sin embargo, en el caso de Kim, el Departamento de Justicia no ha confirmado si intentará recuperar el Ferrari y otros bienes, todavía no reclamados, obsequiados por dicho financista.