La memoria de Joan Sebastian es reconocida como uno de los máximos exponentes de la música regional mexicana. Desde que lanzó su primer disco en 1975 obtuvo un éxito inesperado debido a su peculiar sentido del humor, energía y destacadas letras.
Gracias a su pasión, el cantautor conquistó de manera repentina millones de corazones a través de sus movidas melodías, mismas que más tarde le harían merecer el apodo de «El Poeta del Pueblo».
El cantante mexicano murió un 13 de julio de 2015, a los 64 años en su rancho debido a que padecía cáncer en los huesos, pero a pesar de su partida, recordamos el legado del famoso intérprete de «Tatuajes», quien sigue presente en cada una de sus canciones.
Joan Sebastian, también conocido como «El Rey del jaripeo» gustaba de los lujos y de ser un amante empedernido, por lo que en cuanto tuvo la oportunidad no dudó en hacerse de diversos bienes materiales que hicieran homenaje a sus excéntricos gustos, especialmente en lo que refiere a los caballos y la vida en el rancho.
Al inicio de su carrera, el cantante no siempre tuvo éxito, además de que no siempre se dedicó a la música. El joven Joan Sebastian fue a buscar mejores condiciones de vida en Estados Unidos, por lo que, durante sus primeros años en territorio norteamericano, el aún no famoso artista vivía en Chicago y era vendedor de autos y hacía comerciales para radio.
Fue precisamente durante esta época de Joan Sebastian cuando vivía en Chicago que el cantante grabó su primer disco, desde que comenzó a cantar comenzó a tener éxito inmediato, por lo que le ofrecieron una oportunidad para cantar en Texas ofreciéndole mil dólares diarios. Habría sido por este motivo que, al principio, el entonces cantante poco conocido no sabía qué hacer con el dinero y lo metía en paquetes de aluminio en el refrigerador para guardarlos en su hogar.