Después de que las tres primeras entregas de “Harry & Meghan”, el documental que se emite por Netflix, se centraran en la cobertura de los medios británicos sobre la pareja y la forma en que estaba influenciada por el racismo, los últimos episodios se enfocan en lo que Harry alega que la pareja sufrió “manipulación institucional” y la envidia de su familia por la popularidad de Meghan.
Según el diario británico The Guardian, el príncipe Harry afirmó que hubo resentimiento en la familia real por la popularidad de su esposa durante la gira oficial de la pareja por Australia y Nueva Zelanda, durante la cual anunciaron que la duquesa de Sussex se encontraba embarazada.
En un momento puntual en el cuarto episodio del documental, Harry explicó, “El problema es que cuando alguien que se casa, que debería ser un acto secundario, se roba el protagonismo o hace el trabajo mejor que la persona que nació para hacer esto, eso molesta a la gente. Cambia el equilibrio”.
Dentro del mismo episodio se muestra un montaje con imágenes de Kate Middleton y del entonces príncipe, ahora rey, Carlos III, en el cual el duque de Sussex comentó: “Te han hecho creer que la única forma en que tus organizaciones benéficas pueden tener éxito y la única forma en que tu reputación puede crecer o mejorar, es si estás en las portadas de esos periódicos. Pero los medios son los que eligen a quién poner en primera plana”.
Por otra parte el diario publicó las declaraciones de Harry en las cuales dice que la casa real está más que feliz de “mentir para proteger a mi hermano” que a mi familia. “Nunca estuvieron dispuestos a decir la verdad para protegernos”.
La pelea con William
El duque de Sussex afirmó que su hermano, el príncipe de Gales, le gritó en una cumbre de crisis en enero de 2020 en Sandringham frente a la reina. Su esposa Meghan no había sido invitada, según Harry deliberadamente, a la reunión en la que se discutirían los planes de la pareja de alejarse de los deberes reales.
En el quinto capítulo apunta contra su hermano y futuro rey diciendo que “Fue muy aterrador que mi hermano me gritara y gritara y que mi padre dijera cosas que simplemente no eran ciertas, y que mi abuela se sentara allí en silencio y lo asimilara todo”.
El día de la reunión de Sandringham se emitió una declaración conjunta que calificó una noticia de primera plana sobre la relación de los hermanos como falsa, ofensiva y potencialmente dañina.
“Una vez que me subí al auto después de la reunión, me informaron sobre una declaración conjunta que se había publicado a mi nombre y el de mi hermano, aplastando la historia sobre él acosándonos.”
“No podía creerlo. Nadie me había preguntado. Nadie me había pedido permiso para poner mi nombre en una declaración como esa. Llamé a Meghan y se lo dije y se echó a llorar porque en cuatro horas estaban felices de mentir para proteger a mi hermano y, sin embargo, durante tres años nunca estuvieron dispuestos a decir la verdad para protegernos”.
Y concluyó diciendo, “Así que no había otra opción en este momento. Dije ‘Tenemos que salir de aquí’”.
Los nuevos episodios explosivos llegan en un momento crucial para la monarquía cuando el rey Carlos III trata de demostrar que la institución sigue viva y vibrante después de la muerte de la reina Isabel II, cuya popularidad personal amortiguó las críticas a la corona durante su reinado de 70 años. Carlos argumenta que la Casa de Windsor puede ayudar a unir a una nación cada vez más diversa al reunirse personalmente con representantes de los grupos étnicos y religiones que conforman la Gran Bretaña moderna, tratando de demostrar que, independientemente de las acusaciones en su contra, la realidad es diferente.
