El actor de ‘Scarface’, de 84 años, se hizo mundialmente famoso por su interpretación del tranquilo soldado convertido en sanguinario mafioso, Michael Corleone, en ‘El Padrino’, la obra maestra de la Cosa Nostra dirigida por Francis Ford Coppola en 1972, y ahora ha admitido que la vida bajo los focos le hizo sufrir los mismos sentimientos de incomodidad que experimentó uno de sus escritores favoritos.
Así lo dijo al presentador Dermot O’Leary, de 51 años, este fin de semana durante una aparición en el programa de Radio 2 de la BBC: «Jack Kerouac, el gran escritor -el mejor escritor de la generación que vivió en la ciudad- no podía con ello y alguien dijo de él que le avergonzaba el éxito. La fama le avergonzaba. Así que creo que podría haber tenido un poco de eso en mí, o algo así».
Al afirmó sobre el tormento mental que le llevó a faltar a las ceremonias de los Óscar: «Así que no me presenté a un par de ceremonias de los Óscar y tengo una reputación, porque pensaban, alguien dijo, y mi representante dijo: ‘Oh, Pacino no va porque él no es el actor principal, es un actor de reparto para el Óscar’. ¿Te imaginas que yo dijera: ‘No quiero ir porque debería estar ahí arriba con Brando?’. Simplemente no está en mi naturaleza, ni de lejos. Y sabía que no quería ir porque me asustaba, francamente… porque sentirse fuera de lugar es una sensación extraña. Me refiero a no poder funcionar porque no conoces el idioma, en cierto modo, es un lugar precario en el que estar. Y lo experimenté unas cuantas veces porque era muy famoso y ni siquiera lo sabía. Y luego empecé a experimentarlo incluso antes de que me nominaran a un Óscar. Y recuerdo que gané el premio, un gran premio, y estaba en Boston haciendo una obra de teatro, y me quedaba en casa del director, me dio una habitación en su casa, y recuerdo que al despertarme me dijo: ‘Has ganado el National Board of Review Award por actuar en ‘El Padrino’, y recuerdo que le dije en ese momento: ‘Vaya, seguro que es genial’. Le dije: ‘¿Conoces a un psiquiatra al que pueda ver?’. Directo de mi boca, ¡porque en ese estado me encontraba!».