La noche del pasado miércoles, en la península de Calcídica, en el norte de Grecia, se registró la muerte de siete personas, y más de 100 heridos, luego de que se han presentado fuertes vientos y lluvias.
Las ráfagas han llegado a superar más de los 300 kilómetros por hora, además de la presencia de granizo, los cuales dañaron a coches, techos, postes eléctricos, además de árboles.
Tras la presencia del fenómeno natural, el portavoz del Gobierno, Stelios Petsas, declaró que como saldo se tienen a 108 personas heridas de las que 23 siguen hospitalizadas y cinco son menores de edad.
Por otra parte, las autoridades regionales ya declararon las zonas afectadas en estado de alerta, pues hay lugares en los que no se han podido restablecer el servicio eléctrico.