Una fiesta clandestina desarrollada en el municipio de Quillacollo, departamento de Cochabamba (Bolivia), terminó en una estampida después de que las autoridades irrumpieran en el local donde estaba congregada la multitud.
Esta polémica situación se produjo el último fin de semana en una discoteca, a pesar de las recomendaciones de distanciamiento social por la pandemia del coronavirus. El incidente se generó cuando las autoridades locales llegaron al lugar, causando desesperación entre los presentes, que intentaron escapar y rompieron una verja que daba a la calle.
El alcalde de Quillacollo, Alfonso Berzain, describió el hecho, enmarcado en una serie de operativos de vigilancia. De todas las irregularidades cometidas en aquella jurisdicción, esta fue la que más sorprendió al dirigente: «Solamente fuimos a verificar las condiciones en las cuales se estaban encontrando, y nos asombramos por la cantidad de personas que estaban dentro», expresó.
Según el político, «el lugar no supera los 50 metros cuadrados y había más de 150 personas dentro». Durante las tareas policiales, se detuvieron a varios individuos por incumplir las normas dispuestas ante la emergencia sanitaria, incluyendo a los administradores del lugar nocturno.
Por otro lado, a pesar de los golpes y pisotones producidos durante la escapatoria, no hubo ningún herido de gravedad. En cuanto al establecimiento, se presentaron algunos daños materiales.
Con este escenario, las autoridades municipales determinarán posibles sanciones contra los organizadores del evento. Además, la Intendencia ya informó que intensificará los controles, luego de clausurar tres discotecas por atentar contra la salud pública.
Entre tanto, Bolivia registra un total de 220.400 contagios de covid-19 y 10.513 fallecimientos.