Cientos de personas fueron evacuadas en helicópteros de áreas azotadas por incendios forestales en California, donde peligrosos vientos secos amenazan este martes con avivar más las llamas.
Estos vientos llegan después de que el fin de semana, feriado por el Día del Trabajo en Estados Unidos, se registrara una ola de calor sin precedentes, manteniendo al estado más poblado del país en alerta mientras unos 14.000 bomberos combaten unos 25 grandes focos de incendios. “Estamos lidiando con desafíos que no hemos visto en los tiempos modernos”, dijo el gobernador de California, Gavin Newsom.
Al mismo tiempo, más de 170.000 abonados quedaron sin luz luego de que la compañía eléctrica PG&E, responsabilizada por otros incendios, decidiera como “último recurso” cortar el servicio en grandes extensiones del estado debido a la extrema amenaza de incendios forestales.
Otras 100.000 personas perdieron la energía debido a los fuertes vientos y el fuego en el estado de Washington (noroeste), donde más de 133.500 hectáreas ardieron en tan solo 24 horas, más que en cualquiera de las últimas 12 temporadas de incendios, dijo el gobernador Jay Inslee. “Estos incendios hacen cosas que nunca antes habíamos visto en cuanto a la rapidez con que se propagan”, indicó el responsable.
Los helicópteros, que operaron en condiciones peligrosas por el humo durante la noche en Fresno, azotada por el incendio Creek que crece rápidamente, han evacuado a 362 personas, incluidas 148 este martes, informaron las autoridades.
Los cuerpos de rescate esperan concluir las evacuaciones de todos los residentes y turistas en el área, aunque una portavoz advirtió que la operación “no ha terminado completamente”.
Varias casas fueron arrasadas por las llamas en la cercana zona de Tollhouse durante la noche, mientras que videos en redes sociales mostraban el fuego que rodeaba los campamentos alrededor del popular lugar de vacaciones Mammoth Pool Reservoir. Creek ya calcinó poco más de 56.600 hectáreas y hasta ahora los bomberos no han podido contenerlo.
Nuevos incendios estallaron en el norte de California, mientras que otros, como el Bear Fire, que tiene tres semanas de duración, saltó sus líneas de contención por los fuertes vientos y se propagaba a un “ritmo extremo” comparable al de Camp en 2018, el fuego más mortífero de la historia moderna de California, indicó Daniel Swain, científico de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Otro incendio, el Bobcat, amenaza la región de Los Ángeles. Las autoridades ayudan a evacuar a excursionistas en el Bosque Nacional de Los Ángeles, ahora cerrado, donde más de 3.400 hectáreas han sido devoradas por el fuego desde que estalló el domingo al mediodía.
Estos nuevos incendios se expandieron rápidamente durante el fin de semana festivo, en el que se registró una temperatura récord de casi 50 grados en el condado de Los Ángeles.
Se espera que los vientos de Santa Ana que llegaron el martes temprano se fortalezcan hasta el miércoles por la mañana, con pronósticos de ráfagas de más de 88 km/h.
“Los incendios existentes tienen un comportamiento extremo, es probable que se inicien nuevos incendios, las condiciones climáticas están empeorando y simplemente no tenemos suficientes recursos para combatir y contener completamente todos los incendios”, dijo Randy Moore, guardabosque regional de la región suroeste del Pacífico.
California ha reportado hasta ahora más de 890.000 hectáreas quemadas en incendios forestales este año, un área que es más de 10 veces el tamaño de Nueva York y un récord anual, con casi cuatro meses de temporada de incendios aún por delante. Ocho personas han muerto hasta ahora y más de 3.300 estructuras fueron destruidas.
Estados cercanos, como Oregon y Washington, también reportaron incendios el martes.
La pequeña ciudad de Malden en el estado de Washington fue casi totalmente destruida, con 80% de sus edificios, incluida la estación de bomberos, la oficina de correos y el ayuntamiento “completamente quemados hasta sus cimientos”, según dijo el sheriff local en un comunicado.
“La escala de este desastre no puede ser expresada con palabras”, dijo el sheriff Brett Myers. “El fuego se extinguirá pero una comunidad ha cambiado para toda una vida. Solo espero que el fuego no se haya llevado algo más que casas y edificios. Rezo para que todos hayan salido a tiempo”.
El gobernador Inslee, que tiene previsto visitar la región el jueves, dijo que el pueblo “pareciera como si una bomba hubiera explotado”.