El día de hoy un alto funcionario de la Casa Blanca publicó una carta anónima en The New York Times, en la que asegura ser parte de la «resistencia» contra el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
DLP reproduce integramente esta polemica columna de opinion publicada este dia en el periodico estadounidense The New York Times.
5 septiembre 2018 / The New York Times
«The New York Times tomó hoy la inusual decisión de publicar una columna de opinión anónima. Lo hemos hecho de esa forma a pedido del autor, un funcionario de alto rango en el gobierno de Trump cuya identidad conocemos y cuyo empleo estaría en riesgo por divulgar esta información. Creemos que publicar este ensayo de forma anónima es la única manera de ofrecer una perspectiva importante a nuestros lectores».
El autor es un alto funcionario en el gobierno de Trump
El texto titulado «Yo soy parte de la resistencia dentro de la Administración Trump», comienza así:
El presidente Trump enfrenta una prueba a su presidencia como la que ningún líder estadounidense moderno ha enfrentado.
No se trata solamente del alcance que puede tener la investigación del fiscal especial. O de que el país esté amargamente dividido respecto del liderazgo de Trump. Ni siquiera de que su partido pueda perder la Cámara de Representantes ante una oposición empeñada en derrocarlo.
El dilema —que él no entiende por completo— es que muchos de los funcionarios de alto rango en su propio gobierno trabajan diligentemente desde adentro para frustrar partes de su agenda y sus peores inclinaciones.
Yo sé que es así. Yo soy uno de ellos.
Para ser claros, la nuestra no es la popular “resistencia” de la izquierda. Queremos que el gobierno tenga éxito y pensamos que muchas de sus políticas ya han convertido a Estados Unidos en un país más seguro y más próspero.
No obstante, creemos que nuestro primer deber es con este país, y el presidente continúa actuando de una manera que es perjudicial para la salud de nuestra república.
Es por eso que muchos funcionarios designados por Trump nos hemos comprometido a hacer lo que esté a nuestro alcance para preservar nuestras instituciones democráticas y al mismo tiempo frustrar los impulsos más erróneos de Trump hasta que deje el cargo.
La raíz del problema es la amoralidad del presidente. Cualquier persona que trabaje con él sabe que no está anclado a ningún principio básico discernible que guíe su toma de decisiones.
Aunque fue electo como republicano, el presidente muestra poca afinidad hacia los ideales adoptados desde hace mucho tiempo por los conservadores: libertad de pensamiento, libertad de mercado y personas libres. En el mejor de los casos, ha invocado esos ideales en ambientes controlados. En el peor, los ha atacado directamente.
Además de su mercadotecnia masiva de la noción de que la prensa es el “enemigo del pueblo”, los impulsos del presidente Trump son generalmente anticomerciales y antidemocráticos.
No me malinterpreten. Hay puntos brillantes que la cobertura negativa casi incesante sobre el gobierno no ha captado: desregulación efectiva, una reforma fiscal histórica, un Ejército fortalecido y más.
No obstante, estos éxitos han llegado a pesar del —y no gracias al— estilo de liderazgo del presidente, el cual es impetuoso, conflictivo, mezquino e ineficaz.
Desde la Casa Blanca hasta los departamentos y las agencias del poder ejecutivo, funcionarios de alto rango admitirán de manera privada su diaria incredulidad ante los comentarios y las acciones del comandante jefe. La mayoría está trabajando para aislar sus operaciones de sus caprichos.
Las reuniones con él se descarrilan y se salen del tema, él se involucra en diatribas repetitivas y su impulsividad deriva en decisiones a medias, mal informadas y en ocasiones imprudentes, de las que posteriormente se tiene que retractar.
“No hay manera, literalmente, de saber si él cambiará su opinión de un minuto al otro”, se quejó ante mí un alto funcionario recientemente, exasperado por una reunión en el Despacho Oval en la que el presidente realizó cambios en una importante decisión política que había tomado solo una semana antes.
El comportamiento errático sería más preocupante si no fuera por los héroes anónimos dentro y cerca de la Casa Blanca. Algunos de sus asistentes han sido personificados como villanos por los medios. Sin embargo, en privado, han hecho grandes esfuerzos para contener las malas decisiones en el Ala Oeste, aunque claramente no siempre tienen éxito.
Puede ser un consuelo escaso en esta era caótica, pero los estadounidenses deberían saber que hay adultos a cargo. Reconocemos plenamente lo que está ocurriendo. Y tratamos de hacer lo correcto incluso cuando Donald Trump no lo hace.
El resultado es una presidencia de dos vías.
Por ejemplo, la política exterior. En público y en privado, el presidente Trump exhibe una preferencia por los autócratas y dictadores, como el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, y muestra poca aprecio genuino por los lazos que nos unen con naciones aliadas que piensan como nosotros.
Sin embargo, observadores astutos han notado que el resto del gobierno opera por otro camino, uno en el que países como Rusia son denunciados por interferir y sancionados apropiadamente, y en el que los aliados alrededor del mundo son considerados como iguales y no son ridiculizados como rivales.
Por ejemplo, sobre Rusia, el presidente se mostró reacio a expulsar a muchos de los espías de Putin como castigo por el envenenamiento de un ex espía ruso en el Reino Unido. Se quejó durante semanas de que altos miembros del gabinete lo dejaban atrapado en más confrontaciones con Rusia y expresó frustración por el hecho de que Estados Unidos continuara imponiendo sanciones a ese país por su comportamiento maligno. Sin embargo, su equipo de seguridad nacional tenía motivos para hacerlo —dichas acciones tenían que ser tomadas, para obligar a Moscú a rendir cuentas—.
Esto no es obra del llamado Estado profundo (deep state) —una teoría de conspiración que afirma que existen instituciones dentro del gobierno que permanecen en el poder de manera permanente—. Es la obra de un Estado estable.
Dada la inestabilidad de la que muchos han sido testigos, hubo rumores tempranos dentro del gabinete sobre invocar la Enmienda 25, la que daría inicio a un complejo proceso para sacar del poder al presidente. Sin embargo, nadie quiso precipitar una crisis constitucional. Así que haremos lo que podamos para dirigir el rumbo del gobierno en la dirección correcta hasta que —de una manera u otra— llegue a su fin.
La mayor preocupación no es lo que Trump ha hecho a la presidencia, sino lo que nosotros como nación le hemos permitido que nos haga. Nos hemos hundido profundamente con él y hemos permitido que nuestro discurso fuera despojado de la civilidad.
El senador John McCain lo dijo de la mejor manera en su carta de despedida. Todos los estadounidenses deberían prestar atención a sus palabras y liberarse de la trampa del tribalismo, con el elevado objetivo de unirnos a través de nuestros valores compartidos y amar a esta gran nación.
El senador McCain ya no está con nosotros, pero siempre contaremos con su ejemplo —una estrella que nos guía para restaurar el honor a la vida pública y a nuestro diálogo nacional—. Trump puede temer a los hombres honorables, pero nosotros debemos venerarlos.
Existe una resistencia silenciosa dentro del gobierno compuesta por personas que eligen anteponer al país. Sin embargo, la verdadera diferencia será hecha por los ciudadanos comunes que se pongan por encima de la política, se unan con los adversarios y decidan eliminar las etiquetas para portar una sola: la de estadounidenses.
Opinión: Muchos funcionarios nos hemos comprometido a frustrar los impulsos más erróneos de Trump hasta que deje el cargo. https://t.co/DhR6TXKe9I
— NYTimes en Español (@nytimeses) September 5, 2018
Trump le responde al NYT
Durante una reunión en la Casa Blanca con decenas de alguaciles de todo el país, el mandatario leyó algunos de los “logros” que ha conseguido durante sus casi dos años en el poder, y argumentó que eso hace palidecer lo que tenga que decir “alguien anónimo dentro del Gobierno, que probablemente está fracasando y probablemente está aquí por las razones equivocadas”.
https://twitter.com/OpyMorales/status/1037500544972218369
ESTA ES LA LECCIÓN BÍBLICA PARA CIERTA EMBAJADORA QUE SE BAÑA EN PULCRITUD: VER LA RAMA EN EL OJO AJENO Y NO EL TRONCO ADENTRO DE SU OJO ….. REALMENTE RISIBLE VER SUS EXABRUPTOS …
Bueno ya era ora que los verdaderos americanos vean que donal trump es una. Desgracia para america. Por que viena a destruir el. Mercado internasional que tanto costo. Con sus politicas solo retrasa el mercado global. Y argarce. El dolar algo tan sagrado. Como america y sus. Becinos y sus tratados que son de vital importancia. Para mantener. Una americamas unida y mas fuerte y segura. Por aquello que muchos an luchado. Tanto esfuerzo de todo s
LOS ESTADOUNIDENSE SE MERECEN HISTÓRICAMENTE UN PRESIDENTE DE ESTE NIVEL, PARA QUE PAGUEN POR TODO EL DAÑO QUE HAN HECHO Y OJALÁ GANE UN PERÍODO MÁS, TODOS LOS PAÍSES EMERGENTES SE LOS DESEAMOS, LO DIGO SIN NINGÚN TIPO IDEOLÓGICO DE PENSAMIENTO, SOLO QUE ME DOLIÓ EN LO MÁS PROFUNDO QUE SE REFIRIERA A MI QUERIDA NACIÓN COMO «HOYO DE MIERDA», VAMOS DONALD TRUMP SIGUE ADELANTE.
Cronica de un desastre anunciado: el caos y la confusion sumado al sufrimiento innnecesario para millares de inocentes incluyendo menores de edad- el discurso agresivo y divisivo que solo ha polarizado la sociedad Americana, los insultos y las incongruencias de un Presidente que obviamente NUNCA estuvo preparado para ese cargo solo presagian oscuros nubarrones para el mundo y para los Estados Unidos. Las elecciones de este Nov. podrian hacer la diferencia y asi recuperar el sentido comun y un poco de la decencia y el respeto que se han perdido ante una actitud grosera, inhumana y marcadamente racista de un… Leer más »
En conclusión: hay dejen al pelo de elote que siga viviendo su show de niño payasito.. el gobierno de EEUU lo componen gente adulta.
NO SE, YO VEO A DONALD TRUMP, COMO VIVIENDO UNA FANTACIA, NO ES NI,SERCA UNA PERSONA QUE TENGA LOS MERITOS PARA ESTAR, EN LA MANCION PRESIDENCIAL DE LOS EE UU, YO SOLO ESPERO QUE LLEGE NOBIEMBRE, PARA DARLE SU PRIMERA LECCION, VOLVERLO A LA REALIDAD.Y DESPUES DE SU MANDATO.BUENO YA TIENE UNAS 250 DEMANDAS…