El presidente Donald Trump firmó este jueves una orden ejecutiva que marca un giro en la gestión de la crisis de personas sin hogar en Estados Unidos, cumpliendo una de sus promesas de campaña.
La medida instruye a los gobiernos estatales y locales a desmantelar los campamentos al aire libre, facilitar el acceso obligatorio a tratamientos de salud mental o adicciones, y permite el internamiento civil involuntario para quienes representen un riesgo para sí mismos o para otros.
La Casa Blanca ha denominado esta acción como la iniciativa para “Acabar con la delincuencia y el desorden en las calles de Estados Unidos”.
Además de reorientar fondos federales hacia programas de rehabilitación y centros de tratamiento, la orden encarga a la fiscal general Pam Bondi revertir decretos judiciales que impiden retirar forzosamente a personas sin hogar de las calles.
Trump también ha ordenado priorizar subvenciones federales para los gobiernos que hagan cumplir leyes contra el consumo abierto de drogas, la acampada urbana y la ocupación ilegal de espacios públicos, así como aquellos que mantengan registros de ofensores sexuales sin hogar.
La secretaria de prensa Karoline Leavitt afirmó que la administración está cumpliendo su compromiso de “poner fin a la falta de vivienda y restaurar la seguridad en las ciudades del país”, mediante una estrategia que combina control público y atención médica.