El presidente Donald Trump criticó a sus asesores en funciones y retirados que cooperaron con la investigación del fiscal especial Robert Mueller, insistiendo que las imágenes muy poco halagadoras que dieron sobre él y la Casa Blanca eran «puras sandeces».
En una serie de tuits furiosos desde la lluviosa Palm Beach, en Florida, Trump atacó a los que, bajo juramento, habían compartido con Mueller sus versiones sobre cómo el mandatario intentó repetidas veces aplastar o influenciar la investigación, y presentaron a la Casa Blanca como un sitio infectado por una cultura de mentiras, engaño y fraude.
«Ciertas personas hacen declaraciones sobre mí en el loco informe de Mueller, en su escrito por 18 demócratas enojados que odian a Trump, las cuales son inventadas y totalmente falsas», escribió el mandatario, al tiempo que añadió que algunas eran «puras tonterías y ofrecidas solamente para hacer a la otra persona verse bien (o para que yo me viera mal)».
Los ataques muestran un alejamiento drástico de la faceta optimista que la Casa Blanca había mostrado apenas 24 horas antes, cuando Trump festejó los hallazgos del informe como una exoneración total para él, y su asesora Kellyanne Conway dijo que era «el mejor día» para el equipo de Trump desde que fue elegido.
Aunque el presidente, según personas cercanas a él, se sintió reivindicado por el informe, también se percibió traicionado por los que lo presentaron bajo una luz poco favorecedora, incluso a pesar de que estaban hablando bajo juramento y que la Casa Blanca les había instruido que cooperaran totalmente con el equipo de Mueller.
La reacción no fue sorprendente del todo, y era algo que el personal temía en los días previos a la publicación del informe mientras se preguntaban cómo podría presentar Mueller su testimonio y si el texto dañaría su relación con Trump.
Aunque Mueller no halló evidencia penal de que Trump o sus asesores de campaña se coludieron en la intromisión rusa en las elecciones, y no recomendó presentar cargos de obstrucción de la justicia contra el presidente, de todas formas el informe de 448 páginas difundido el jueves lastima la imagen de Trump, describiendo numerosos casos en los que él desalentó a los testigos de cooperar con los fiscales y presionó a sus asesores para que engañaran al público en nombre de él con el fin de obstaculizar la pesquisa sobre Rusia, que él temía afectaría gravemente su presidencia.
Los testimonios impulsaron al senador republicano Mitt Romney, que en ocasiones ha tenido enfrentamientos con Trump, a emitir un comunicado en el que dijo que se sintió «asqueado ante el grado y la omnipresencia de la deshonestidad y el mal manejo de parte de individuos en la oficina más importante del país, incluyendo al presidente».
«La lectura del informe es una revelación preocupante de lo mucho que nos hemos apartado de las aspiraciones y los principios establecidos por los fundadores» de la nación, agregó.