Ocho organizaciones criminales serán clasificadas como «terroristas» por parte del Gobierno de EE.UU., en línea con la política del presidente Donald Trump de arreciar su ofensiva contra grupos delictivos.
Se trata de la Mara Salvatrucha (MS-13), Tren de Aragua, Cártel de Sinaloa, Cártel de Jalisco Nueva Generación, Cárteles Unidos, el Cártel del Noreste, Cártel del Golfo y La Nueva Familia Michoacana.
La medida fue aplicada por el Departamento de Estado, conforme a una publicación oficial en el Registro Federal, que las considera como «organizaciones terroristas extranjeras».
Según el documento, «existe una base fáctica suficiente» para encontrar que esos grupos criminales cumplen con los establecido en la sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad donde se explica el alcance de la «designación de organizaciones terroristas extranjeras». Los expedientes administrativos habrían sido consultados por el procurador general y el secretario del Tesoro, que dieron luz verde a la decisión.
Esta determinación se tomó en atención a la orden ejecutiva firmada por Trump el pasado 20 de enero, que busca mayor presión contra estos grupos criminales. Washington argumenta que son una «amenaza» para su seguridad nacional.
Los posibles alcances
En principio, la controvertida medida permitiría la imposición de sanciones unilaterales a personas o entidades supuestamente relacionadas con esos cárteles. Sin embargo, el mayor temor para los gobiernos latinoamericanos es que esa designación dé pie a que EE.UU. decida ejercer operaciones en sus territorios o imponer medidas coercitivas a funcionarios gubernamentales que sean vinculados, sin pruebas, a esas organizaciones criminales.
En 2020, durante la Administración anterior del republicano, la Fiscalía de EE.UU. presentó cargos formales por narcoterrorismo contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y las cabezas de los poderes públicos por supuestamente pertenecer al ‘Cartel de los soles’. En esa oportunidad, el mandatario venezolano catalogó de «extravagante, extremista y vulgar» la acción judicial y manifestó que se basó en «un conjunto de acusaciones falsas».
«Ley de Enemigos Extranjeros»
Inmediatamente después de que Trump asumió el poder, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que informó que comenzaría el proceso para designar a los cárteles, así como al Tren de Aragua, como organizaciones terroristas extranjeras y «utilizará la Ley de Enemigos Extranjeros para eliminarlos».
En esa oportunidad, desde Venezuela, el Ministerio Público también publicó un comunicado para detallar cómo las autoridades de ese país desmantelaron al Tren de Aragua en su territorio. «En total hay 48 detenidos y juzgados por su participación en dicha agrupación delincuencial, además de varios de sus miembros fallecidos en enfrentamientos con los cuerpos de seguridad», precisó la Fiscalía.
Sin embargo, la entidad reconoció que algunos de los integrantes de esta banda huyeron a territorio colombiano y estadounidense, por lo que manifestó la disposición de Caracas para «retomar la cooperación penal con el gobierno de los EE.UU. para lograr la extradición de cualquier integrante venezolano de los grupos delictivos trasnacionales que cometen crímenes a lo largo del continente».
El miércoles de la semana pasada, el ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, confirmó que en el primer grupo de repatriados desde EE.UU. a su país, en vuelos realizados esta semana, no viajaron miembros del Tren de Aragua.
El papel de El Salvador
En esta reciente designación, El Salvador podría jugar un papel relevante. Durante la visita del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, a este país para reunirse con el mandatario, Nayib Bukele, ambos países alcanzaron un acuerdo para albergar en las cárceles de la nación centroamericana a «peligrosos criminales estadounidenses», lo que también incluye a los grupos delincuenciales MS-13 y Tren de Aragua.
Al respecto, Bukele afirmó que su país aceptará a esos delincuentes a cambio de un pago. «Hemos ofrecido a los EE.UU. la oportunidad de subcontratar parte de su sistema penitenciario. Estamos dispuestos a admitir únicamente a criminales convictos (incluidos ciudadanos estadounidenses convictos) en nuestra mega prisión (CECOT) a cambio de una tarifa. La tarifa sería relativamente baja para EE.UU., pero significativa para nosotros y haría sostenible todo nuestro sistema penitenciario», manifestó entonces.
El caso mexicano
Desde su llegada a la Casa Blanca, el republicano se ha referido al supuesto control de México que ejercen los cárteles en la actualidad.
La mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, ha catalogado de «falso» que su país esté dirigido por organizaciones del narcotráfico y reiteradamente ha expresado su apertura para que se establezcan mecanismos de seguridad entre los dos países vecinos basados en el respeto de la soberanía.
Días atrás, la presidenta advirtió que si EE.UU. declaraba a los cárteles como organizaciones terroristas, su Gobierno podría ampliar la demanda contra los fabricantes y distribuidores de armas estadounidenses por facilitárselas a los cárteles de la droga.
Y LOS Q HAN NEGOCIADO CON ESTOS GRUPOS, OSTENTEN EL CARGO Q OSTENTEN TAMBIEN DEBEN SER CATALOGADOS TERRORISTAS…SE DEBE INVESTIGAR A FONDO Y CASTIGAR A LOS INVOLUCRADOS…CANTA CROOK, CANTA, Q HAY QUIENES TIEMBLAN.