Las autoridades de Texas, Estados Unidos, ofrecieron una recompensa de 80.000 dólares por pistas con conduzcan a la detención de un hombre que mató a tiros a cinco vecinos de nacionalidad hondureña, mientras el FBI no parecía estar cerca el domingo de atrapar al asesino tras dos días de búsqueda con enorme equipo de agentes.
Más de 200 oficiales fueron el domingo puerta por puerta en busca de pistas que les permitan arrestar a Francisco Oropesa, el hombre acusado de la matanza ocurrida en una vivienda de Cleveland.
«Estamos yendo puerta por puerta con estos 200 agentes, llamando a las casas de los vecinos, haciendo preguntas y buscando pistas», explicó en una rueda de prensa el sheriff del condado de San Jacinto (Texas), Greg Capers, quien ha liderado la respuesta al trágico suceso.
«Puedo decirles ahora mismo que no tenemos ninguna pista», dijo a los periodistas James Smith, agente especial del FBI a cargo de la investigación.
Amplían radio de búsqueda
Oropesa, de 38 años y de nacionalidad mexicana, es considerado armado y peligroso después de huir de la zona probablemente a pie.
El FBI y la oficina del sheriff han distribuido en redes sociales imágenes del sospechoso y, además, se han colgado en el vecindario letreros en español para pedir colaboración a la comunidad hispana del condado de San Jacinto, una zona rural de Texas con solo 27.000 habitantes.
Las autoridades deletrearon el sábado el nombre del sospechoso como «Oropeza», pero este domingo lo cambiaron a «Oropesa».
El sheriff Capers dijo que habían ampliado el área de búsqueda más allá de la escena del tiroteo, que se produjo después que los vecinos del sospechoso le pidieran que dejara de disparar en su patio a altas horas de la noche porque un bebé estaba intentando dormir.
En una vigilia celebrada el domingo en Cleveland, Wilson García, el padre del bebé de un mes de edad, describió los aterradores esfuerzos que esa noche enfrentaron amigos y familiares para escapar, esconderse y protegerse a sí mismos y a los niños después de que Oropeza entrara en la casa y empezara a disparar, matando primero a su mujer en la puerta principal.
Cinco sobrevivientes
Dentro de la vivienda había diez personas y cinco perdieron la vida. Los nombres de los fallecidos son Daniel Enrique Lazo, de 8 años; Sonia Argentina Guzmán, de 25 años; Diana Velásquez Alvarado, de 21 años; Obdulia Molina Rivera, de 31 años, y José Jonathan Cáceres, de 18 años.
Según la oficina del sheriff, cuando los agentes llegaron a la vivienda se encontraron a los adultos ya sin vida, mientras que el menor fue trasladado en helicóptero a un hospital, donde murió.
La Policía vio cómo dos de las mujeres fallecidas estaban en el dormitorio de la vivienda y sus cuerpos estaban encima de dos de los niños que sobrevivieron, en un aparente intento de protegerles de las balas.
Los tiroteos son cada vez más frecuentes en Estados Unidos y, en 2023, ya se han registrado al menos 176 tiroteos masivos, según Gun Violence Archive (GVA), una organización sin ánimo de lucro.