Este lunes, el gobernador de Texas, Greg Abbott, pidió al presidente Joe Biden que declare el estado de emergencia por la llegada de migrantes, en su mayoría haitianos, a la frontera de Estados Unidos con México. Mientras, el Departamento de Seguridad Nacional sigue con su retórica de expulsión inmediata de los migrantes, 560 de los cuales ya han sido devueltos a Haití.
La frontera sur de Estados Unidos y la llegada masiva de migrantes siguen concentrando la atención de las autoridades estadounidenses. El gobernador de Texas, Greg Abbott, pidió al Gobierno de Joe Biden que declare el estado de emergencia y arremetió contra el mandatario, a quien acusó de no hacer «cumplir las leyes de inmigración».
Abbott pidió la aplicación de la medida a través de una misiva, en la que argumenta que la situación en el campamento creado improvisadamente por la llegada de miles de migrantes en los últimos días a la ciudad Del Río ha empeorado, junto con la situación humanitaria por falta de alimentos, agua y medidas de higiene necesarias.
«Solicito una declaración de emergencia para el estado de Texas como resultado de la actual crisis fronteriza, que continúa escalando, como lo demuestra la terrible situación en el condado de Val Verde», escribió el mandatario conservador en la carta.
En los últimos días, cerca de 15.000 migrantes -en su mayoría haitianos- han llegado a la localidad fronteriza, escasamente preparada para afrontar una situación así, y han redoblado la presión del Gobierno Biden en materia migratoria, un aspecto que prometió mejorar respecto a su antecesor, Donald Trump, tras su llegada a la Presidencia.
Desde el Ejecutivo han desplegado más de 600 operarios para ayudar a manejar la llegada masiva de migrantes y trasladarlos a centros en los que puedan ser procesados y, en la mayoría de los casos, deportados de vuelta a sus países de origen.
Gobierno de EE. UU.: «Si vienes a Estados Unidos ilegalmente, serás devuelto»
Las autoridades estadounidenses defienden una respuesta contundente ante la crisis en la frontera.
Según fuentes gubernamentales, más de 6.000 personas han sido desalojadas del campamento de Del Río para valorar si son inmediatamente expulsadas del país sin considerar sus solicitudes de asilo. Actualmente una ley permite estas expulsiones «exprés», la normativa fue aprobada durante el anterior gobierno, alegando la necesidad de proteger a la población interna ante la llegada de personas irregulares en medio de la pandemia de coronavirus.
Ante esta situación «desafiante y desgarradora», como la definió el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, la advertencia del Gobierno es que las personas no se expongan a un viaje peligroso para terminar siendo deportadas.
«Si vienes a Estados Unidos ilegalmente, serás devuelto. Tu viaje no tendrá éxito y pondrá en peligro tu vida y la de tu familia. Esta Administración se ha comprometido a desarrollar vías seguras, ordenadas y humanas para la migración. Pero esta no es la manera de hacerlo», dijo duramente el secretario del organismo de seguridad.
Además, el político recordó a los que intentan acceder al país que el Estatuto de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) no está vigente por el momento. Este protege y da cobijo a los migrantes bajo ciertas circunstancias, como tras un desastre natural o un conflicto interno grave. En contraposición, Mayorkas aseguró que está aumentando el ritmo de deportaciones.
La tensión está escalando en la zona. El domingo se difundieron imágenes en las que agentes fronterizos utilizaban lo que parecían ser látigos y sus caballos para hacer retroceder a los migrantes en el río entre Ciudad Acuña y Del Río, algo que han denunciado organizaciones de derechos humanos y que Mayorkas y el jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, Raúl Ortiz, dijeron que investigarían.
No obstante, ambos defendieron a los funcionarios de la zona y sostuvieron que era «difícil» distinguir si las personas de las fotografías y vídeos difundidos eran migrantes o contrabandistas.
Pero su argumento ha generado dudas, incluso dentro de la Casa Blanca.
«No creo que nadie que vea esas imágenes las considere aceptables o apropiadas», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, al respecto sobre las imágenes, que tachó de «horribles».
Aumenta el ritmo de las deportaciones hacia Haití
Decepción, frustración, tristeza. Es lo que sienten muchos de los haitianos que ya han sido devueltos a su país. En los últimos dos días, al menos 560 han llegado a Haití en calidad de deportados desde Estados Unidos. Los que todavía no han sido regresados sospechan correrán la misma suerte.
«Estaban subiendo a la gente a un autobús y los enviaron a Haití así, sin firmar nada», dijo Isaac Isner, de 30 años. El migrante viaja con su esposa y su hija de tres años y ya llevaba siete días en Del Río, sin embargo decidió que era mejor volver a México después de que un amigo les mostrara vídeos de cómo Estados Unidos expulsa a los haitianos de vuelta a su país.
Otros testimonios acusan el aumento de la violencia y los peligros que entraña el recorrido a Estados Unidos. «Varias mujeres fueron violadas. Varios hombres fueron asesinados», señala un deportado a otro.
Ante la política tajante de Estados Unidos, ahora muchos consideran quedarse en México. En lo que va de año, unos 19.000 migrantes haitianos han solicitado asilo en México y, según fuentes gubernamentales, un 15% de los migrantes de esta crisis fronteriza ha aceptado refugio allí.
«México no tiene ningún problema con que estén en nuestro país siempre que respeten las leyes mexicanas», dijo Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores de México.
Otros muchos se planean volver a países como Chile o Brasil, a donde emigraron hace entre seis y diez años por el fatídico terremoto o las condiciones de vida precarias en Haití, el país más pobre del continente americano.
La democracia interna en los Estados Unidos no existe, se usa el garrote para el que viola sus leyes, no permiten ingerencia de ningún país del mundo pero no permiten que un pueblo decida por si solo su futuro político con un gobierno no manipulable
Y la estupideces que hace el gobierno de Barden quiere manes que El Salvador le tenga miedo, Callan arreglen sus problems, defense de querer se meter do de no los Llaman