El ex secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos Zepeda, se convirtió en el ojo del huracán luego de un acuerdo diplomático entre México y Estados Unidos para definir que nación realizaría la investigación en su contra y lo sancionaría de comprobarse sus presuntos nexos con el narcotráfico.
Aunque el canciller mexicano, Marcelo Ebrard Casaubón, aseguró en diversas entrevistas que la decisión se tomó en respeto a los acuerdos de seguridad entre ambos países. Un funcionario estadounidense familiarizado con el caso habría revelado al Washington Post que fiscales del Distrito Este de Nueva York supuestamente atribuyeron este cambio repentino a “amenazas del gobierno mexicano de limitar el papel de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en el país”.
A pesar de que los fiscales pidieron que los cargos fueran desestimados, el medio estadounidense destacó que la evidencia en contra del general es “sólida” y solicitaron que Cienfuegos regresara a México hasta que elementos de seguridad de Estados Unidos pudieran trasladarlo.
La noticia del arresto de ex secretario de la Sedena fue un duro golpe suscitado el pasado 15 de octubre. Las autoridades mexicanas consideraron el actuar individual del Departamento de Justicia como “una violación a la soberanía” y, de acuerdo con el canciller, dieron como argumento que los delitos que se le imputaban al ex funcionario habían tenido lugar en México.
“Delitos en México por oficiales o servidores público, pero sobre todo de alto rango deben ser procesados en México”, dijo en una entrevista con la periodista Denisse Maeker. Por otro lado, recalcó que la decisión estuvo basada en un acuerdo diplomático en favor de mantener vigente las relaciones de seguridad entre ambas naciones.
Por ello, en un comunicado conjunto de el Fiscal General William Barr y Alejandro Gertz Manero, su homólogo mexicano, se dio a conocer el traslado de pruebas obtenidas por el Departamento de Justicia a México, el cual se comprometió a rendir apoyo en la investigación de ser necesario.
El medio estadounidense aseguró que esta acción “equivale a un revés significativo, aunque solo sea simbólico, a los esfuerzos del Departamento de Justicia contra el tráfico de drogas en México”.
A Salvador Cienfuegos se le relaciona con el cártel de los Beltrán Leyva, con quien habría colaborado para enviar toneladas de droga a los Estados Unidos. La DEA emitió la acusación en la que, además, aseguraba que había recibido sobornos de Juan Francisco Patrón, el “H2” .
La presunta distribución de narcóticos se habría realizado en estados como Nueva York, Las Vegas, Los Ángeles, Ohio, Minnesota y Carolina del Norte.
El “H2” se encontraba ligado a los Beltrán Leyva pues era el lugarteniente de una de las células relacionada con el grupo criminal hasta que fue abatido en un operativo de la Sedena en 2017.
La acusación en contra de Cienfuegos, quién también es conocido como “El Padrino”, fue asistir las operaciones del narcotráfico entre diciembre de 2015 y febrero de 2017. Sobre todo, se le acusaba de presunto lavado de dinero y de distribuir, fabricar e importar droga.
Cienfuegos también se habría asegurado de que las operaciones militares no tuvieran como objetivo principal al cártel. Más bien, pretendía que estos se enfocaran en los grupos criminales rivales.