El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó el miércoles que la ola de violencia que se ha desatado desde la semana pasada en el estado de Sinaloa, al noroeste de México, ha dejado 40 fallecidos.
Durante su conferencia matutina López Obrador indicó que del 9 al 17 de septiembre se han reportado en Sinaloa 40 asesinatos, aunque no aclaró si las muertes tienen relación con los enfrentamientos armados que han protagonizado en los últimos días dos facciones del Cártel de Sinaloa en la ciudad de Culiacán, capital del estado, y en los alrededores.
Desde la semana pasada el bando liderado por “Los Chapitos”, que integran los hijos del exlíder detenido de la organización Joaquín “El Chapo” Guzmán, se ha enfrentado a los seguidores de Ismael “El Mayo” Zambada, desatando una ola de violencia y muerte que mantiene aterrorizada a la población en Culiacán.
López Obrador atribuyó al “sensacionalismo” y una “propaganda de mentiras” lo que se ha difundido sobre la crisis en Sinaloa, que es uno de los 24 estados que cuya representación política es mayoritariamente oficialista, y aseguró que todo forma parte de una “campaña” que han promovido sus adversarios para “desprestigiar” su administración a dos semanas del final de su sexenio.
El gobernante afirmó que los registros de asesinatos en Sinaloa están por debajo de los del estado central de Guanajuato, que es uno de los ocho estados donde gobierna la oposición.
El anuncio de López Obrador se da un día después que el secretario saliente de la Defensa Nacional (Sedena), general Luis Cresencio Sandoval, informó que desde el 9 de septiembre a la fecha han muerto 30 civiles y dos militares —un oficial y un soldado—, en medio de los choques armados entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa.
Medios locales informaron que en dos vías de Culiacán fueron localizados el miércoles cuatro cuerpos, algunos de ellos decapitados y sin manos, pero las autoridades no han ofrecido información sobre los casos.
La ola de violencia en Sinaloa no se ha logrado contener a pesar de que el gobierno federal envió 2.200 elementos del ejército y la Guardia Nacional para proteger a la población.
Los choques entre los dos bandos del Cártel de Sinaloa se dan varias semanas después de la detención de Zambada, ocurrida a fines de julio en Estados Unidos, junto a Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de “El Chapo”, quien presuntamente le tendió una trampa a Zambada, lo secuestró y lo trasladó a Texas, en una operación con muchos interrogantes que destapó algunos vínculos de políticos sinaloenses con el cártel.
Los comercios y empresas de Culiacán, donde viven cerca de un millón de personas, decidieron el martes reiniciar sus actividades tras una semana de paralización parcial, dijo a la AP Sergio Álvarez, presidente de la delegación de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación en la capital de Sinaloa.
Las autoridades educativas de Sinaloa ordenaron el martes la reactivación de las clases tras una semana de suspensión, pero la medida no fue acatada por la población. En un recorrido por una escuela secundaria desolada, la secretaria de Educación de Sinaloa, Catalina Esparza Navarrete, se quejó del ausentismo escolar. “No veo por ningún lado el peligro”, mencionó en un vídeo difundido en redes sociales. “Ando sola, no traigo chofer, no traigo guaruras (guardaespaldas), porque luego dicen que es peligroso moverse”, agregó.
El gobierno de Sinaloa activó desde el miércoles un operativo de seguridad en las escuelas para tranquilizar a la población y lograr que se reactiven las actividades educativas.
Pese a las acciones de las autoridades, se mantiene el temor entre los habitantes de Culiacán, especialmente luego de que el comandante de la tercera región militar y máxima autoridad del Ejército de Sinaloa, el general Jesús Leana Ojeda, admitió el lunes que la posibilidad de que la situación se calme en Sinaloa “no depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de hacer su confrontación entre ellos”.