Rescatistas lograron sacar a más sobrevivientes de los escombros una semana después del terremoto que azotó a Turquía y Siria y dejó más de 33.000 muertos, mientras la ONU advirtió que habrá más víctimas fatales.
Saadet Sendag, una anciana turca, fue rescatada milagrosamente este lunes a 177 horas del movimiento sísmico, siendo rescatada entre los escombros en Hatay a poco más de una semana de trabajos.
Su hijo reaccionó con gritos de júbilo mientras los rescatistas la trasladaban para darle auxilio y asistencia médica.
En total más de 35 mil personas han muerto a causa del terremoto, según las cifras actualizadas este lunes.
Unas hora antes, un menor y una mujer de 62 años habían protagonizado otros rescates milagrosos después de casi siete días atrapados entre la destrucción de edificios colapsados en el devastador sismo del 6 de febrero.
Mustafa, de siete años, fue rescatado en la provincia turca de Hatay, mientras que Nafize Yilmaz fue encontrada con vida en Nurdagi, también en Hatay, informó el lunes la agencia noticiosa estatal Anadolu. Ambos estuvieron atrapados 163 horas antes de su rescate en la noche del domingo.
Más de 32.000 personas de organizaciones locales trabajan en los esfuerzos de búsqueda y rescate junto a 8.294 rescatistas del exterior, indicó la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD).
Un miembro de un equipo británico de rescate subió el domingo en Twitter un video en el que un rescatista baja por un túnel abierto entre los escombros donde encuentra a un hombre turco que llevaba cinco días atrapado en Hatay.
Los equipos de rescate trabajan contrareloj mientras expertos advierten que la posibilidad de encontrar gente con vida entre la devastación disminuye cada día que pasa.
En la destruida ciudad turca de Kahramanmaras, cerca del epicentro del sismo, los equipos excavaron entre montañas de escombros donde recuperaron a un cuerpo.
Pero los rescatistas se quejaron de la falta de sensores y equipo avanzado de búsqueda, por lo que deben excavar cuidadosamente entre los escombros con palas o sus manos.
“Si tuviéramos este tipo de equipo habríamos salvado cientos de vidas, si no más”, aseguró Alaa Moubarak, jefe de defensa civil de Jableh, en el noroeste de Siria.
Falta ayuda en Siria
La ONU denunció que no se haya enviado toda la ayuda requerida desesperadamente en Siria.
Una caravana con suministros para el noroeste de Siria llegó vía Turquía, pero el jefe de emergencias de la ONU, Martin Griffiths, afirmó que se requiere mucho más para las millones de personas cuyas casas fueron destruidas.
“Hasta ahora le hemos fallado a la gente del noroeste de Siria. Se sienten abandonados. Buscan la ayuda internacional que no ha llegado”, indicó Griffiths en Twitter.
Al evaluar los daños el sábado en el sur de Turquía, cuando el saldo era de 28.000 muertos, Griffiths dijo que la cifra se podría “duplicar o más”, porque la posibilidad de hallar sobrevivientes disminuye cada día.
Los suministros han tardado en llegar a Siria, un país con años de una guerra que ha destruido su sistema de salud y partes del país siguen bajo control de rebeldes que combaten al régimen de Bashar al Asad.
Una caravana de 10 camiones de la ONU ingresó al noroeste de Siria por el puesto fronterizo de Bab al Hawa, según un periodista de AFP.
Bab al Hawa es el único punto por el que puede entrar ayuda internacional a zonas de Siria bajo control rebelde después de casi 12 años de guerra civil. Otros cruces fueron cerrados por presión de China y Rusia.
El jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se reunió el domingo en Damasco con Asad y dijo que el líder sirio afirmó estar dispuesto a abrir más pasos fronterizos para ayudar a ingresar ayuda a zonas bajo rebeldes.