«El pico de la pandemia no ha pasado», ha dicho Vladimir Putin a sus ciudadanos. Por ello, el presidente ruso ha decidido por decreto «prorrogar el régimen no laborable hasta el final del mes, manteniendo los salarios». Putin se dirigió este jueves a la nación para abordar la situación generada por el coronavirus, que ya ha dejado 30 muertos y más de 3.500 infectados en Rusia. El mandatario reconoció que el brote continúa avanzando a pesar de los esfuerzos de las autoridades.
Putin ha evitado endurecer las medidas y sólo las alarga en el tiempo, pero ha dejado la puerta abierta a seguir haciéndolas más estrictas en algunos puntos especialmente afectados como la capital rusa, donde la población está ya confinada desde el pasado lunes por orden del ayuntamiento. «La situación va cambiando y la densidad de población es distinta, en Moscú el coronavirus ha generado una amenaza muy grande para las personas».
En Rusia la mayor parte de infectados se concentra en la parte occidental del país, con el epicentro en la región de Moscú. «En algunas regiones debemos cumplir restricciones más duras y en otras actuar de manera más selectiva», dijo Putin, que añadió que «se determinarán las medidas en cada región en función de la amenaza» de los contagios. Actualmente, la capital rusa tiene 2.475 pacientes diagnosticados con el virus, casi el 70 % del total en Rusia, aunque el propio alcalde, Serguei Sobianin, desconfía de las cifras de contagios.
«Por el momento no se logra revertir la situación de los contagios por coronavirus en Moscú», lamentó el presidente ruso. Moscú, la más afectada por la enfermedad, ha registrado más de 700 casos nuevos en 24 horas.
El discurso de Putin ha ido en una línea muy similar a su anterior alocución de la pasada semana, cuando el mandatario anunció que la semana del 30 de marzo al 3 de abril sería no laborable sin pérdida de salario. Mientras daba su discurso de hoy, dos gobernadores (el de Arjangelsk y el de la república Komi) renunciaron a sus puestos.
El 25 de marzo, la Duma del Estado anunció enmiendas que equipararían la infección deliberada del coronavirus con terrorismo. Rusia fue uno de los primeros países fuera de Asia en tomar medidas con el objetivo de evitar la propagación de la Covid-19, pero de momento ha evitado llevar a cabo un confinamiento general en todo el país. Sí ha puesto en marcha una serie de medidas para aliviar el impacto del coronavirus en las finanzas nacionales y la economía doméstica de los ciudadanos. También se vio obligado a aplazar la fecha del referéndum a las enmiendas a la Constitución rusa.
Putin autorizó ayer al Gobierno a declarar el estado de emergencia en todo el país. El gabinete tendrá derecho a restringir el comercio de dispositivos médicos y controlar la circulación de medicamentos. También ha endurecido las sanciones para los que incumplan la cuarentena. Si alguien se escapa del confinamiento y contagia a otra persona con resultado de muerte puede pagarlo con cinco años de trabajos forzados, o incluso siete años en una prisión.
Horas después del discurso de Putin, el alcalde de la capital anunció que en Moscú el régimen de autoaislamiento general durará hasta el 1 de mayo. Hasta entonces, los moscovitas sólo podrán salir a comprar comida o medicinas y a tirar la basura. El país entero seguirá en periodo ‘no laborable’, aunque esto en principio no impedirá que más adelante, pasada la crisis, los rusos puedan tener vacaciones con libertad de movimientos.
Lo que no está claro, especialmente en el caso de un país tan grande como Rusia, es cuándo se alcanzará el pico de contagios y en qué momento podrá darse por extinguida la pandemia. Ni la oleada de casos ni el ritmo de ingresos coincide de momento ni con la experiencia de Asia ni con la situación actual de Europa.
«Ahora mismo las fronteras están cerradas, y nadie sabe cuánto tiempo seguirán así, hoy en día sólo me planteo que acabe la cuarentena, no pienso más allá», explicaba Viktoria, una moscovita de 32 años encerrada en su casa con su niña pequeña.
Yulia, que trabaja en una empresa pública, no teme por sus días de asueto pero conoce casos de empresas que se adelantaron al anuncio de Putin «y dieron vacaciones normales a sus empleados el mes pasado, así que en ese caso no las recuperarán».
Esto es gobernar para las mayorías y no para élites