El asesinato de tres reporteros desató reclamos entre periodistas que convocaron a movilizaciones para este martes en Tijuana, Ciudad de México y otras ciudades, con lo que se vuelve a plantear la complejidad de brindar seguridad a comunicadores en México, uno de los países más peligrosos para la prensa.
Las movilizaciones tuvieron lugar en hasta 47 ciudades de todo el país, las cuales se llenaron de gritos desesperados ante la incesante ola de violencia contra periodistas que vive el país y que parece no solo no terminar, sino que aumentó desde la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador al Gobierno.
La manifestación de la Ciudad de México fue una de las más multitudinarias, con cientos de periodistas protestando al unísono en una convocatoria sin precedentes en México, y lo hicieron frente al edificio de la Secretaría de Gobernación (Interior).
El fotógrafo Margarito Martínez y la reportera Lourdes Maldonado fueron asesinados el 17 y el 23 de enero, respectivamente. Ambos, baleados, habían denunciado amenazas y solicitado protección al mecanismo de seguridad en Baja California (noroeste). «Este mecanismo nuevamente falla cuando los periodistas se sienten más vulnerables», declaró Sonia de Anda, reportera de Tijuana y consejera del sistema estatal de protección a defensores de derechos humanos y comunicadores.
A los crímenes de Tijuana se suma el del periodista retirado José Luis Gamboa, de Veracruz (este), quien el 10 de enero recibió varias puñaladas que le costaron la vida. Las autoridades investigan si la agresión estuviera ligada a sus comentarios en redes sociales.
La histórica movilización para protestar por la violencia contra la prensa, encabezada por miles de periodistas mexicanos, se dio prácticamente en los 32 estados a lo largo y ancho del país para exigir justicia por sus tres colegas asesinados recientemente, pero también por los que han sido ultimados en años previos.
La mayoría de las movilizaciones pacíficas ocurrieron por la tarde noche y en los actos se encendieron veladoras y los asistentes, vestidos de negro, portaron fotografías de las víctimas y pancartas con la exigencia de «¡No más periodistas asesinados»! La jornada de movilizaciones destacó porque nunca en la historia del país habían salido tantos periodistas en tantos lugares para protestar por la violencia y asesinatos contra la prensa.
De Anda explicó que Martínez fue amenazado por un bloguero presuntamente ligado a criminales, pero jamás se concretó una medida de seguridad. Maldonado, en tanto, tenía desde hace un año custodia policial para cuando llegaba y salía de su casa. Pero el domingo le dispararon justo cuando estaba en su automóvi
A nivel federal existe desde 2012 un mecanismo de protección para defensores de derechos humanos y periodistas, que ahora cobija a 496 comunicadores. Jorge Carrasco, director del semanario Proceso, se acogió a ese mecanismo en 2013 tras ser amenazado de muerte por su trabajo. Le asignaron un guardia y colocaron cámaras en su casa. «En mi caso funcionó. Pero el mecanismo quedó rebasado, fueron tantos casos», afirmó al subrayar además falta de compromiso de otras autoridades y la nula coordinación con gobiernos estatales.
Así ocurrió en Baja California, donde la entrada de un nuevo Gobierno dejó en suspenso la seguridad para un puñado de periodistas. «Por el cambio de gobernador, el mecanismo dejó de operar. Apenas hoy (lunes) iban a reinstalarlo. En el inter nos mataron a dos compañeros», lamentó De Anda.
l, frente a su domicilio. «Evidentemente no había policías esa noche», lamentó De Anda, que también integra el colectivo Yo sí soy periodista.