Los Campos Elíseos de París, una de las avenidas más bonitas y elegantes del mundo, se convirtió este sábado en un campo de batalla. Fuerzas de seguridad y manifestantes se enfrentaron en el «segundo acto» de protestas de los «chalecos amarillos» contra el alza de los carburantes en Francia, lo que provocó escenas de gran tensión y destrozos.
«Macron, dimisión», «Macron, lárgate» y «Macron, ladrón» fueron algunas de las consignas que gritaron los «chalecos amarillos». El objetivo de los manifestantes era acercarse lo más posible al Palacio del Elíseo, residencia del presidente Emmanuel Macron. La policía antidisturbios trató a toda costa de impedírselo, utilizando gases lacrimógenos y un cañón de agua.
Los manifestantes lanzaron objetos a la policía, improvisaron barricadas e hicieron hogueras en los Campos Elíseos, engalanados con las luces navideñas inauguradas un par de días antes por el modisto Karl Lagerfeld y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
Unas 8.000 personas se manifestaron este sábado en París y unas 23.000 en el resto de Francia, según los datos provisionales difundidos a mediodía por Christophe Castaner, ministro del Interior de Francia.»Asistimos a un debilitamiento del movimiento», aseguró. Una semana antes los «chalecos amarillos» lograron reunir a 280.000 personas en toda Francia.
Énorme tensions en cours sur les Champs-Elysées. #GiletsJaunes #24Novembre pic.twitter.com/kdBViXsKsN
— Remy Buisine (@RemyBuisine) November 24, 2018
El ministro de Interior culpó a la líder ultraderechista, Marine Le Pen, de los disturbios. Castaner recordó que Le Pen, presidenta del partido Reagrupamiento Nacional (antiguo Frente Nacional), ha incitado a los «chalecos amarillos» a manifestarse en los Campos Elíseos.
Le Pen se defendió en Twitter. «Yo había preguntado al Gobierno por qué no autorizaba a los ‘chalecos amarillos’ a manifestarse en los Campos Elíseos. Hoy el señor Castaner utiliza esta pregunta para atacarme. Es miserable y deshonesto», añadió Le Pen en esta red social.
14H23 – Champs-Elysées : Plusieurs barricades en feux, atmosphère de chaos sur place. #GiletsJaunes #24Novembre pic.twitter.com/AlbZBZEl8T
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La manifestación había sido autorizada en el Campo de Marte, la gran explanada verde a los pies de la Torre Eiffel, pero no en los Campos Elíseos, porque había convocada cerca otra manifestación contra la violencia contra las mujeres.
Pero unos 5.000 «chalecos amarillos», un movimiento social sin estructura y sin líder organizado a través de las redes sociales, hicieron oídos sordos y acudieron a manifestarse en los Campos Elíseos, la gran avenida que une el Arco Triunfo y la plaza de la Concordia.
La violencia registrada en los Campos Elíseos contrasta con la manifestación pacífica de «chalecos amarillos» en el Campo de Marte. A mediodía había más turistas que manifestantes, unos 50. Los «chalecos amarillos» culparon de la violencia de los Campos Elíseos a grupos violentos, de extrema izquierda y extrema derecha, que habrían aprovechado la protesta para realizar destrozos y enfrentarse a la policía.
Énorme tensions en cours sur les Champs-Elysées. #GiletsJaunes #24Novembre pic.twitter.com/13SFqk3EpN
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«Estamos hartos de pagar altos impuestos y sufrir una pérdida importante del poder adquisitivo y querríamos que el señor Macron por fin nos escuche «, explica a EL MUNDO Muriel, una podóloga de 52 años. Muriel pide al presidente francés que «escuche a su pueblo». «Que viva con una salario mínimo o con 2.000 euros al mes y con los impuestos que pagamos a ver si no está en número rojos el día 10 del mes», añade esta mujer, que lleva un chaleco amarillo y ondea una bandera francesa en el Campo de Marte.
Idir, un informático de 42 años en paro desde hace un mes, decidió participar en la protesta de «chalecos amarillos» para manifestar su «rechazo contra el gobierno» de Macron. Le pide al presidente francés que baje los impuestos, aumente los salarios y las pensiones y redistribuya la riqueza a todos los franceses. «Macron. No soluciones. La revolución», reza la pancarta que lleva entre las manos este «chaleco amarillo».
Las protestas contra la subida del combustible inquieta al Gobierno de Macron, en caída libre en las encuestas. Según un sondeo de Odoxa para el periódico «Le Figaro», un 77 por ciento de los franceses «justifica» el movimiento de los chalecos amarillos. Un 82 por ciento pide que se retiren el aumento de la tasa al gasoil.