El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una resolución que renueva por un año la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) y posiciona el plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007 como la base principal y más viable para resolver el conflicto de 50 años.
La votación resultó en 11 votos a favor, tres abstenciones (Rusia, China y Pakistán) y la no participación de Argelia, sin ningún voto en contra.
Redactada por Estados Unidos, la resolución destaca en su preámbulo el apoyo de numerosos Estados a la iniciativa marroquí, que plantea una autonomía para las provincias saharauis bajo soberanía de Rabat. Por primera vez, el Consejo insta al Secretario General de la ONU y a su Enviado Personal a conducir las negociaciones exclusivamente dentro de este marco, marginando la opción de un referéndum de autodeterminación.
El texto salió adelante prácticamente sin cambios sustantivos, pese a los intentos de Argelia por modificarlo. Fuentes diplomáticas destacan que las enmiendas aprobadas fueron solo formales, consolidando el plan de autonomía como la única vía reconocida internacionalmente para una solución «justa y aceptable».
El respaldo cuenta con el liderazgo de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, junto a otros miembros no permanentes. Analistas interpretan esta decisión como un punto de inflexión histórico que refuerza la integridad territorial de Marruecos y refleja el éxito de su diplomacia bajo el rey Mohammed VI, quien ha impulsado una estrategia de integración política, económica y social en la región.
La abstención de potencias como Rusia y China, junto a la ausencia de Argelia en la votación, subraya el consenso global inclinado hacia la propuesta marroquí. La resolución enfatiza la necesidad de negociaciones realistas para lograr estabilidad y paz en el norte de África.















