El encarcelado expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva designó este martes 11 de septiembre a su compañero de fórmula Fernando Haddad para reemplazarlo como candidato presidencial a las elecciones de octubre, ante la imposibilidad legal de mantener su propia candidatura.
La decisión fue aprobada en una reunión de la dirección nacional del Partido de los Trabajadores (PT) en Curitiba, la ciudad donde el dirigente histórico de la izquierda purga una pena de doce años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero.
Haddad, que por la tarde estaba reunido con Lula, tiene previsto leer una carta de Lula a los centenares de manifestantes reunidos ante la cárcel del exmandatario (2003-2010), en la sede de la Policía Federal (PF).
“No ha sido una opción, ha sido una imposición. Estamos obligados a tomar una decisión porque hoy es el último plazo dado arbitrariamente por la justicia electoral”, dijo en un video en Facebook el diputado y miembro de la dirección nacional del PT Paulo Pimenta, sin explicitar cuál había sido la decisión adoptada. “Lula tiene total confianza en Haddad”, agregó Pimenta.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) invalidó el 1º de septiembre la candidatura de Lula, de 72 años, a causa de su situación judicial, y emplazó al PT a designarle un reemplazante antes de este martes.
Lula, identificado con los programas sociales que durante sus dos gobiernos permitieron sacar de la pobreza extrema a millones de brasileños, era el gran favorito en los sondeos. Su intención de voto subió incluso después de ser condenado como propietario de un apartamento en el litoral paulista, ofrecido por una gran constructora a cambio de su mediación para obtener contratos en Petrobras.
El PT ganó las últimas cuatro elecciones presidenciales, dos con Lula (2002 y 2006) y dos con su heredera política, Dilma Rousseff (2010 y 2014), destituida en 2016 por el Congreso, bajo la acusación de manipular las cuentas públicas.
Habrá que ver ahora si Lula consigue traspasar en menos de cuatro semanas de campaña su prestigio a Haddad, prácticamente un desconocido en los bastiones del “lulismo”, sobre todo en el paupérrimo nordeste, donde también tiene su feudo el candidato de centrozquierda Ciro Gomes.