Los líderes de los pueblos indígenas brasileños presentaron este lunes ante la Corte Penal Internacional una nueva denuncia contra el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, por «crímenes contra la humanidad, genocidio y ecocidio».
Coincidiendo con el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, la Articulación de Pueblo Indígenas de Brasil (Apib) envió un documento de 148 páginas en el que se detallan las diferentes decisiones políticas con las que el presidente «intentó o causó daño directo a los indígenas».
No es la única vez que la organización acude ante el tribunal internacional para acusar a Bolsonaro, pero sí la primera en la que se presenta junto a sus propios abogados indígenas.
«Son hechos y testimonios que prueban la planificación y ejecución de una política anti-indígena explícita, sistemática e intencionada encabezada por el presidente Jair Bolsonaro, desde el 1 de enero de 2019, primer día de su mandato presidencial», apunta Apib.
En el texto se destaca que el desmantelamiento de estructuras públicas de protección socioambiental con el actual Gobierno ha desencadenado invasiones en tierras indígenas, deforestación, incendios en los biomas brasileños, así como el aumento de minero ilegales.
La deforestación en la Amazonia -especifica el documento- creció un 70 % durante la gestión de Bolsonaro, y que mientras que el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE) registró, entre 2009 y 2018, alrededor de 650.000 hectáreas deforestadas anualmente, con el mandatario ultraderechista, la cifra se disparó a 1.060.850 hectáreas.
«Proyecto anti-indígena»
«Creemos que en Brasil están en curso actos que se configuran como crímenes contra la humanidad, genocidio y ecocidio», sentencia Eloy Terena, coordinador jurídico de Apib y uno de los ocho juristas que firma el comunicado publicado este lunes.
Terena también critica la «incapacidad del actual sistema de justicia en Brasil para investigar, procesar y juzgar esas conductas».
Para Apib, «el proyecto anti-indígena» de Bolsonaro va desde la inexistencia de una política de demarcación de tierras hasta «proyectos de ley en curso, decretos y normativas que intentan legalizar las actividades ilegales en territorios indígenas y que incentivan los conflictos».
En el documento presentando también se especifica cómo la pandemia golpeó con más saña a los pueblos originarios. Hasta el 30 de junio de este año, 56.174 indígenas se contagiaron de covid-19 y 1.126 murieron. Mientras el índice de letalidad de la población brasileña en general es de un 5,6 %, la de los indígenas es de un 9,6 %.
Según el último censo realizado en 2010 por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), la población indígena en Brasil era de 817.963 personas, reunidas en 305 pueblos, que hablan 274 lenguas.