En varias regiones de Francia se registra en los últimos días desabastecimiento en las gasolineras, lo que ha generado largas colas de vehículos que esperan para repostar.
La escasez comenzó a raíz de la huelga iniciada a finales de septiembre en las refinerías y plantas de almacenamiento de combustible de las petroleras TotalEnergies y Esso-ExxonMobil.
Exigencias de los sindicatos
La situación con el combustible se agravó el pasado fin de semana. Según el Ministerio de Transición Energética francés, hasta la tarde del 9 de octubre el 29,7 % de las gasolineras del país experimentaban problemas de suministro, frente al 21 % del día anterior.
La huelga ha afectado a cinco de las ocho refinerías que operan en Francia. Los sindicatos de las petroleras reclaman aumentos salariales que se ajusten a la inflación y un mejor reparto de los dividendos, al tiempo que señalan las enormes ganancias obtenidas por las empresas desde principios de año.
TotalEnergies y Esso-ExxonMobil han accedido a negociar con los sindicatos, aunque tanto las compañías como los trabajadores han puesto sus respectivas condiciones.
El portavoz del Gobierno, Olivier Véran, instó a las partes a llegar a un acuerdo, puesto que el desabastecimiento está afectando a «todos los franceses». «No queremos tomar decisiones que puedan, contrariamente a lo que deseamos, agravar la situación, pero llamamos a la responsabilidad de todos», manifestó.
La primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, ha asegurado que el problema de la escasez de combustible en las gasolineras del país «mejorará a lo largo de la semana», informa la prensa local.
«Hemos liberado reservas estratégicas» de combustibles «para abastecer a las estaciones de servicio», y «estas entregas van llegando paulatinamente», dijo Borne el 9 de octubre. «Las medidas que hemos tomado han permitido aumentar los suministros en un 20 % respecto a los flujos habituales», aseveró, indicando que el Gobierno sigue «muy de cerca» la situación.