La gimnasta rumana Ana Barbosu consiguió la medalla de bronce en la prueba de suelo de los Juegos Olímpicos de París, después de que el Tribunal de Arbitral del Deporte (TAS) le diera parcialmente la razón el sábado a la reclamación que había presentado.
La gimnasta de 18 años terminó inicialmente en tercera posición de la prueba del lunes, llegando incluso a salir a celebrar con su bandera rumana en el tapiz del Arena Bercy, pero acabó viéndose relegada a la cuarta plaza después de que los jueces revisaran la nota otorgada a Jordan Chiles.
La estadounidense había solicitado que se revisara su calificación de dificultad, pero el reclamo se sometió a los jueces «1 minuto y 4 segundos» después de que se anunciara su nota.
El reglamento de la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) estipula que debe hacerse como máximo en un minuto, según recordó el TAS, al que Barbosu había recurrido.
Por ello, la máxima jurisdicción deportiva decidió recuperar la nota inicial de la estadounidense (13,666), que la sitúa por debajo de la obtenida por Ana Barbosu (13,700).
La reclamación de la también rumana Sabrina Voinea (que obtuvo la misma calificación, pero con peor nota de ejecución) fue, no obstante, rechazada.
Poco después la FIG anunció que le daba la medalla de bronce a Ana Barbosu.
«Es un sentimiento que apenas puedo expresar, no puedo creerlo», había reaccionado la gimnasta rumana, citada por medios de su país.
«Cuando conocí la noticia temí que no fuera verdad, y en cuanto estuve segura, abracé a mis padres y llamé a quienes me habían ayudado, agregó.
La gimnasta brasileña Rebeca Andrade conquistó el oro de suelo el 5 de agosto, al finalizar por delante de la estrella estadounidense Simone Biles.
El podio de esta prueba, con la que se cerró la gimnasia artística en París-2024, dejó una de las fotos icónicas de estos Juegos cuando Biles y Chiles le hicieron una reverencia a una Andrade triunfante subida al escalón más alto.