El mundo se paraliza por completo para presenciar el inicio oficial de la edición XXXII de los Juegos Olímpicos con la tradicional ceremonia inaugural.
Se lleva a cabo en el Estadio Olímpico de Tokio, mismo escenario que albergó los Juegos Olímpicos de 1964 y que en 2015 fue demolido para llevarlo a una capacidad de 68 mil espectadores. Con menos de 1.000 invitados (debido a las restricciones producto del coronavirus), se viva un evento que tenga a la tecnología como uno de los principales ingredientes.
Con un video en el que aparecían varias figuras geométricas hasta formar el Estadio Olímpico, así comenzó la ceremonia. Un viaje en el tiempo trasladó a todos los presentes al año 2013, cuando en Buenos Aires fue designada Tokio como sede de los JJOO de 2020.
Desde ese entonces comenzó un arduo trabajo para llevar adelante. Los atletas, por ejemplo, tuvieron que reinventarse y seguir entrenando pese a no poder salir de sus hogares debido a la pandemia.
Una de las protagonistas fue Arisa Tsubata, enfermera y boxeadora japonesa, quien no podrá competir; pero que hoy tuvo su merecido homenaje. Tras ingresar con el número 21 en su espalda, comenzó una cuenta regresiva para dar inicio a los fuegos artificiales que iluminaron toda la ciudad.
Con ella nuevamente en el centro de la escena corriendo sobre una cinta, comenzó una bella coreografía, en la que distintas personas realizaban los gestos típicos de los distintos deportes que dirán presente en esta edición.
Pese al hermetismo que suele reinar en esta clase de eventos, desde la organización adelantaron que la temática es “traer una nueva esperanza y ánimo para las personas de todo el mundo –tanto a través de la experiencia activa de los atletas como por medio del poder del deporte-”.
El lema elegido fue United by Emotion (Unidos por la emoción). “El mundo está hecho de personas de diferentes edades, nacionalidades y orígenes, y ahora, debido a la pandemia, estamos físicamente separados. Por eso, Tokio 2020 quiere que todos experimenten la misma emoción, felicidad, y a veces decepción, a través de las actuaciones de los deportistas”, advirtieron en la previa.
Como ya es una costumbre, los Juegos Olímpicos son inaugurados por el jefe de estado del país anfitrión, el cual es recibido a su llegada por el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y el presidente del Comité Organizador (CO). Luego accedieron a la Tribuna de Honor para poder presenciar el acto desde un punto de vista privilegiado.
Tras el ingreso de la bandera japonesa y que se entonara el himno del país anfitrión, se realizó un sentido homenaje a las víctimas del COVID-19. Tras una emotiva danza, se solicitó un minuto de silencio.
La fiesta continuó con la danza nuevamente como epicentro. Con un baile de zapateo sobre unas mesas de madera se dio lugar al ingreso de los anillos olímpicos (realizados con el mismo material), cuyas estructuras estaban acompañadas por unas lámparas tradicionales con el logo de Tokio 2020.
Los atletas ingresan al Estadio Olímpico de Tokio en un orden dictado por la tradición. Grecia, como creador del evento, entra en primer lugar. La última delegación en salir a escena será Japón, por ser la nación anfitriona. Durante esta edición es la primera vez que ingresan siguiendo el orden katakana en japonés (en Tokio 1964 se utilizó el idioma inglés). Los abanderados de Argentina serán Santiago Lange y Cecilia Carranza, ganadores del oro en Río de Janeiro 2016 en la clase Nacra 17.
El Equipo Olímpico de Refugiados, compuesto por refugiados de varios países, será la segunda nación en pasar al recinto. Además, por primera vez en la ceremonia de apertura, los países que albergarán los dos próximos Juegos Olímpicos, Francia (París 2024) y Estados Unidos (Los Ángeles 2028), marcharán inmediatamente antes del actual anfitrión, en vez de seguir el orden alfabético japonés.
De acuerdo a las pautas del COI, los nombres de las naciones se anunciarán en francés, inglés y japonés.
Tras los discursos del Presidente del Comité Organizador y el del COI, se declarará la apertura oficial de los juegos al esbozar la frase “declaro inaugurados los Juegos Olímpicos de Tokio celebrando la XXXII Olimpíada de la era moderna”. Inmediatamente después comenzará a sonar el himno olímpico, mientras ingresará al estadio la bandera olímpica.
Tras izar la bandera olímpica se prenderá el pebetero, el cual está situado en un lugar elevado para que todos los deportistas lo puedan observar. La llama deberá estar encendida en todo momento, hasta la finalización del evento (8 de agosto). Una de las grandes incógnitas, como en cada edición olímpica, será conocer quién será el encargado de ser el último relevista.
Los rumores indican que algunos de los candidatos a encender el pebetero, que durante los Juegos estará situado fuera del Estadio Olímpico, en la zona de la costa de Tokio, son históricos representantes del deporte de Japón. Una de ellas es Kaori Icho, una de las cinco atletas que lograron ganar la misma prueba cuatro veces en cualquier deporte olímpico. Icho es la única mujer que lo consiguió y fue en la lucha libre desde Atenas 2004 hasta Río 2016. Además sumó diez campeonatos mundiales.
Otros dos potencias elegidos son Shun Fujimoto -ayudó al equipo de gimnasia masculino a ganar la dorada por equipos en Montreal 1976 con una pierna lesionada-, y Tadahiro Nomura, tres oros en el judo olímpico (Japón tiene 39 medallas olímpicas en la historia de la competición)