Las instalaciones energéticas de la costa estadounidense del golfo de México han reducido sus operaciones y evacuado algunos centros de producción tras el paso del huracán Francine por la región.
Francine se convirtió en huracán el martes por la noche y avanza hacia la costa de Luisiana, según informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Alrededor del 24% de la producción de crudo y el 26% de la de gas natural del golfo de México estaban fuera de servicio a causa de la tormenta, según informó el martes la Oficina de Seguridad y Cumplimiento de la Normativa Medioambiental de Estados Unidos (BSEE). Este tipo de interrupciones pueden afectar al suministro de petróleo en Estados Unidos y presionar al alza los precios del petróleo nacional y del crudo de alta mar.
La producción en alta mar en el golfo de México representa alrededor de 1,8 millones de barriles por día (bpd) o alrededor del 15% de la producción total de crudo del país.
El puerto de Brownsville, cerca de la frontera con México, y otras terminales más pequeñas de Texas permanecieron cerrados, mientras que otros puertos, como los de Houston, Galveston, Corpus Christi, Texas City y Freeport, trabajaban con restricciones. Los puertos de Houma, Morgan City y el Louisiana Offshore Oil Port estaban cerrados a la navegación, según los guardacostas estadounidenses.
«A medida que Francine se desplace hacia el norte a través del golfo de México, seguiremos trabajando en estrecha colaboración con nuestros socios de la industria marítima para reabrir completamente los puertos afectados tan pronto como sea seguro hacerlo», dijo la Guardia Costera de Estados Unidos.