La Guardia Revolucionaria del régimen persa anunció este jueves que se apoderó de un «petrolero extranjero» que, según ellos, se dedicaba al «contrabando de combustible» en el Golfo.
El buque cisterna fue interceptado el domingo 14 de julio «al sur de la isla (iraní) de Lark», en el estrecho de Ormuz, indicó Sepah News, sitio oficial de la fuerza de élite iraní, sin precisar el nombre de la embarcación ni su bandera.
La operación se produjo en un momento de creciente tensión entre Estados Unidos e Irán por el colapso del acuerdo nuclear entre Teherán y las potencias mundiales.
Según el reporte del jueves, la embarcación habría estado llevando petróleo procedente de contrabandistas iraníes a clientes extranjeros. Detallaron que tiene una capacidad para dos millones de barriles y tenía una tripulación de 12 personas, todos foráneos.
Hace más de dos días, un petrolero con base en Emiratos Árabes Unidos que viajaba a través del Estrecho de Ormuz se desvió a aguas iraníes y dejó de transmitir su ubicación. Las autoridades estadounidenses sospechan que el petrolero Riah, de bandera panameña, fue interceptado en aguas territoriales iraníes.
Sin embargo, el régimen persa aseguró que fue llevado con un remolcador «para llevar a cabo las reparaciones necesarias».
Estados Unidos acusa a Irán de una serie de ataques de origen desconocido a petroleros, algo que Teherán niega. Y el presidente Donald Trump afirmó haber estado a punto de ordenar bombardeos de represalia contra Irán después de que la República Islámica derribara un dron estadounidense.
El 4 de julio, un petrolero iraní fue interceptado por la policía y las aduanas de Gibraltar, asistidas por un destacamento de la Marina Real británica, frente a este territorio británico situado en el extremo sur de España.