A un día de que los colegios electorales se abran en Brasil para votar al futuro presidente, los dos candidatos al cargo, Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, siguen igualados tras su último cara a cara. El debate parece haber servido de poco para los ciudadanos, pues las encuestas mantienen la igualdad entre ambos.
En la primera vuelta celebrada el pasado 2 de octubre, el actual presidente, Bolsonaro, se quedaba a 5 puntos por detrás de su oponente, el izquierdista Lula.
Al comenzar el debate, Lula empezó con unas palabras de agradecimiento para quienes le habían votado en la primera vuelta y hacía alusiones a el resto de partidos que representa en su nombre y a quienes se sienten representados por él: «No estoy aquí representando sólo a mí. Estoy aquí en nombre de 10 partidos políticos y de toda la sociedad brasileña que defiende la democracia. En nombre de los trabajadores y estudiantes».
Sin embargo, Bolsonaro centró más su discurso en rebatir cada una de las palabras de su oponente y dedicar su tiempo a hablar de diversos temas políticos como el salario mínimo, donde acusó al expresidente de no haberlo aumentado lo suficiente durante su mandato. Además, el ultraderechista ha afirmado que «todo el sistema está en mi contra, incluido este canal», refiriéndose al medio televisivo donde estaba teniendo lugar el cara a cara.
Entre las acusaciones que ambos se han recriminado, el representante del Partido de los Trabajadores ha preguntado al mandatario sobre la gestión gubernamental: «El que miente en este país usted sabe quién es, entonces cada vez que mientas voy a pedir derecho de respuesta. Hay 33 millones de personas que pasan hambre en este país. ¿Cuándo se va a solucionar esto?». Mientras que Bolsonaro ha tratado de desviar la atención de ello con los logros más generales de su Gobierno.
Bolsonaro, quien se ha alzado como adalid de los valores cristianos, rebatió al líder del progresista Partido de los Trabajadores (PT), quitó hierro a sus declaraciones al argumentar que tenían tres décadas y acusó a su rival de ser “un abortista convencido”.
“Usted es abortista. Siempre trabajó con eso. Asuma que es abortista, que no tiene respeto por la vida humana”, espetó el capitán de la reserva del Ejército.
El presidente brasileño también rescató unas declaraciones recientes de Lula, en las que el ex mandatario defendía el aborto en Brasil como una cuestión de salud pública, especialmente para las mujeres más pobres que no tienen recursos para interrumpir el embarazo en otro país.
El antiguo sindicalista, sin embargo, reiteró este viernes que personalmente es “contrario al aborto”, como ya recalcó en una carta de compromisos divulgada la semana pasada entre el electorado evangélico, un poderoso e influyente grupo en el que enfrenta una gran resistencia.
Luiz Inácio Lula da Silva aprovechó el último debate entre candidatos antes de las elecciones presidenciales del domingo para acusar al actual mandatario, Jair Bolsonaro, de haber adoptado una política externa que aisló a Brasil de todo el mundo.
“Brasil era un gran protagonista internacional durante mi gestión y en su gobierno se convirtió en un paria. Nadie quiere conversar con Brasil y ningún país quiere recibir a Bolsonaro”, afirmó el líder progresista.
Según el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), al adoptar una política en la que se niega a dialogar con los países que no concuerdan con su ideario ultraderechista, Bolsonaro dejó a Brasil “más aislado que Cuba”.
“Estamos más aislados que Cuba. Ningún país quiere recibirlo. Ningún presidente de ningún país quiere venir aquí”, afirmó el candidato opositor al recordar las disputas que el jefe de Estado de Brasil ha tenido con varios líderes mundiales, principalmente europeos, por sus cuestionadas políticas ambientales y climáticas.
Este segundo y último cara a cara antes de que las urnas se abran mañana, 30 de octubre, ha permitido, gracias a su formato, que los dos candidatos se interpelaran directamente e incluso interactuaran en el plató.