Lo que debió ser un recuerdo agradable de vacaciones en Cancún, para una familia chilena se volvió una pesadilla.
María Inés Contreras, una mujer de 68 años, murió el domingo, después que tuvieran que amputarle por una pierna por un accidente.
Todo comenzó cuando la mujer y sus dos hijos fueron a dar un paseo lancha en Isla Mujeres, frente a la costa de Cancún. A la vuelta de su viaje, la nave se movió, la mujer dio un paso en falso y se golpeó, lo que provocó una pequeña herida en la extremidad de la mujer.
Con los días, su lesión se complicó y visitó diferentes centros médicos. Con cada visita los diagnósticos fueron empeorando. Primero la trataron por un traumatismo hasta terminar en septicemia, lo que obligó a los médicos a amputar la pierna de María Inés.
Luego de la amputación presentó falla a nivel respiratorio, renal y hepático, de lo cual no se logró recuperar y murió.
Sus hijos, con quienes había viajado para presenciar su casamiento, denunciaron que el gobierno chileno no hizo mucho más que ofrecerle un traslado en un avión sanitario a un precio carísimo, que no podían costear.
El consulado chileno dijo que no podía ayudarlos monetariamente y les ofreció el traslado en un avión ambulatorio con un costo de 50 millones chilenos.
Horas después de que se confirmara el fallecimiento María Inés Contreras, Cancillería emitió un comunicado donde manifestó «su más profundo pesar» y envió sus condolencias «a todos sus seres queridos, quienes atraviesan un difícil momento».
Además informaron que a través del Embajador de Chile en México, Domingo Arteaga, se harán las gestiones necesarias para repatriar los restos de la mujer que falleció a causa de una falla multisistémica.
«En este momento, se está a la espera de que el Hospital General de Cancún, donde estaba siendo atendida, entregue todos los documentos necesarios para comenzar con este proceso», informaron.
Respecto al motivo por el cual no se trasladó anteriormente a María Inés Contreras desde México a Chile, explican que «el protocolo de traslado aéreo requiere que previamente la autoridad sanitaria local, en este
gran kgd de los medicos mexicanos, le dejaron que la infeccion prosperara y se trasladara a la sangre, una septicemia fue lo que la mató a la señora. Los chilenos ya pocohubieran podido hacer. Los mexicanos fueron los inutiles.