La fiscalía francesa recomendó iniciar acciones legales contra la aerolínea Air France y dictar un sobreseimiento para el fabricante de aviones Airbus, tras una extensa investigación sobre el accidente aéreo ocurrido en la ruta entre Río de Janeiro y París en 2009 en el que murieron 228 personas, indicaron fuentes judiciales.
De acuerdo a estos reportes la fiscalía estima que la compañía aérea «cometió negligencia e imprudencia» al no dar a sus pilotos suficiente información sobre cómo reaccionar en caso de anomalías en las sondas que controlan la velocidad de los aviones, pese a varios incidentes de ese tipo en los meses previos al siniestro, según un informe con fecha del 12 de julio.
Asimismo, considera que no hay suficientes elementos para presentar cargos contra el constructor aeronáutico europeo y llevarlo a juicio.
Corresponde ahora a los jueces de instrucción decidir si siguen las recomendaciones de la fiscalía y ordenan un juicio únicamente contra la compañía franco-holandesa.
El 1 de junio de 2009, el vuelo AF447 que cubría la ruta Río de Janeiro-París cayó en el Océano Atlántico. Los 228 pasajeros y miembros de la tripulación perecieron en el accidente, el peor de la historia de Air France y del modelo A330, uno de los más seguros de Airbus.
Tanto Air France como Airbus fueron inculpadas en 2011 por «homicidios involuntarios».
El elemento que desencadenó el siniestro fue el congelamiento de unas sondas en el exterior del aparato, las denominadas Pitot, que acarreó indicaciones erróneas sobre la velocidad y desorientaron a los pilotos, hasta que la aeronave cayó al océano.
Pero los expertos se libran una batalla sobre las responsabilidades en la serie de incidentes que condujeron al accidente. Las partes civiles exigen que ambas compañías, Air France y Airbus, respondan ante los tribunales.
Un primer informe de 2012 señalaba fallos cometidos por la tripulación, problemas técnicos y una falta de información entre los pilotos en caso de congelamiento de la sonda, pese a que se le había señalado a Airbus varios incidentes de este tipo.
Tras este primer peritaje, el constructor aeronáutico solicitó una nueva evaluación queconcluyó que la tripulación reaccionó de forma «inapropiada» y que Air France no actuó de forma adecuada.
Pero los familiares de las víctimas y la aerolínea impugnaron este peritaje, que consideraron demasiado favorable al constructor, ante la corte de apelaciones de París que ordenó que sea anulado y reabrió la investigación.
Un último informe, de diciembre 2017, estimó que «las acciones inadaptadas en pilotaje manual» de la tripulación condujeron a que el Airbus A330 de la compañía francesa se precipitara al mar.
Específicamente se habla del comportamiento del primer oficial Pierre-Cédric Bonin, que reaccionó ante las primeras alarmas en base de lecturas erróneas elevando el ángulo de ataque del avión, lo que llevó finalmente a que la aeronave entrara en pérdida y se precipitara al mar.
Así como también de las acciones de su colega y también primer oficial David Robert y del mismo capitán Marc Dubois, quien no se encontraba en los controles al momento por estar descansando y al presentarse en la cabina no pudo identificar y corregir el problema a tiempo.