El volcán Krashenínnikov, en la península rusa de Kamchatka, entró en erupción tras 600 años de inactividad, expulsando una columna de ceniza de hasta 6 kilómetros de altura.
La erupción podría representar un riesgo para los turistas en el cercano Valle de los Géiseres si el viento cambia de dirección.
La actividad volcánica en la región ha aumentado tras recientes terremotos, incluido uno de magnitud 8.8.