El populismo está de moda. La aparición en distintas partes del mundo de líderes con discursos radicalizados, que se asumen como representantes de esa entidad amorfa llamada pueblo, y que proclaman combatir a elites contrarias a los intereses nacionales, llevó a muchos analistas a reutilizar este concepto.
Pero es uno de los términos más controvertidos de la política moderna. No es como el socialismo o el liberalismo, que son ideologías que definen un conjunto más o menos claro de valores, y que son reivindicadas por quienes se identifican con ellas. Nadie se reconoce populista, y muy pocos terminan de entender qué es, aunque ya forme parte del léxico cotidiano.
Más que una ideología, es una forma de estructurar el relato político y de ejercer el poder. «Definiría al populismo como una manera de ver y de hacer política, que describe a la sociedad como una entidad dividida en dos grupos: ‘el pueblo’, cuya voluntad debe ser respetada categóricamente, y una elite que ignora esa voluntad popular y oprime a la gente, por lo que hay que oponérsele. Los populistas aseguran conocer y representar el deseo del pueblo, de la vasta mayoría de la población», explicó Benjamin Krämer, profesor del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Múnich.
En un intento de aportar algo de luz al estudio del fenómeno, el periódico británico The Guardian encomendó a un equipo de politólogos liderados por Kirk Hawkins, profesor de la Universidad Brigham Young, la confección de un índice de populismo a nivel retórico. Los académicos examinaron varios discursos de 140 líderes políticos que gobernaron en 40 países en los últimos 20 años, y los clasificaron con una escala que va de 0 (no populista) a 2 (muy populista)
Una de las conclusiones de la investigación es que Hugo Chávez, presidente de Venezuela entre 1999 y 2013, fue el mandatario con el discurso más populista en esta etapa, con un puntaje de 1,9. En segundo lugar se encuentra su sucesor, Nicolás Maduro, con 1,6. Compartiendo el tercer puesto con 1,5 están Evo Morales (Bolivia) y Recep Erdogan (Turquía).
No causa asombro que Angela Merkel, canciller alemana desde 2005, tenga un índice de cero. Pero sí puede llamar la atención que otros líderes considerados representantes inconfundibles de una nueva ola populista, como Donald Trump o Jair Bolsonaro, sean calificados como «algo populistas», con 0,5 y 0,8 respectivamente.
A comienzos de los 2000, el puntaje promedio en los 40 países analizados era 0,2. Ahora es 0,4; el doble. La cantidad de estados presididos por líderes considerados populistas trepó en ese lapso de siete a 14. Al mismo tiempo, el número de personas gobernadas por este tipo de dirigentes pasó de 120 millones a más de 2.000 millones.
«El mundo público se volvió más chabacano, así que no sorprende que la retórica pública vaya en esa dirección. No sólo las redes sociales sino todos los medios de comunicación, y por extensión los potenciales líderes, compiten por la atención y el consentimiento de la gente, lo que lleva a un discurso menos matizado, reflexivo y preciso. Las voces son más ruidosas, extremas, hasta vulgares, porque así es como atraen la atención popular», dijo Howard Erlich, profesor emérito de la Escuela de Ciencias y Humanidades del Ithaca College de Nueva York.
Esta lógica es utilizada por dirigentes ubicados en extremos opuestos del espectro ideológico. De los 27 mandatarios que están actualmente en el poder cuyo discurso fue incluido en la investigación publicada por The Guardian, sólo tres son clasificados como «muy populistas»: Maduro, Evo Morales y Erdogan. Los primeros dos son de izquierda, pero el tercero defiende las ideas tradicionales de la derecha nacionalista más dura.
Entre los dos que son «populistas» hay uno de cada signo: el italiano Giuseppe Conte, identificado con la derecha, y Andrés López Obrador, histórico referente de la izquierda mexicana. En cambio, de los ocho que serían «algo populistas» sólo el nicaragüense Daniel Ortega tiene un discurso de izquierda. Los siete restantes se acercan al extremo opuesto: Viktor Orbán (Hungría), Donald Trump (EEUU), Narendra Modi (India), Jair Bolsonaro (Brasil), Juan Orlando Hernández (Honduras), Vladimir Putin (Rusia) y Theresa May (Reino Unido).
No obstante, cuando se analiza el total de políticos en la muestra, incluyendo a los que dejaron sus cargos, se encuentra que los de izquierda tienen una proclividad algo mayor al populismo que los de derecha: unos promedian un índice de 0,4 y los otros de 0,3.
«El populismo es un estilo de comunicación política que puede ser aplicado a líderes de izquierda y de derecha», dijo a Infobae Elena Block, profesora de comunicación política de la Universidad de Queensland, Australia.»Hay que pensar en Hugo Chávez o en Donald Trump. A pesar de las diferencias obvias entre ellos en términos culturales, sociales, económicos, ideológicos, políticos y de contexto, el populismo sirve para caracterizar a ambos», agregó.
Estudio basura que no dice NADA, pero que se usa, como siempre, para descalificar los procesos revolucionarios en países de Nuestra América, como Cuba y Venezuela. ¿Acaso la derecha no usa el sanbenito del populismo para combatir a la izquierda?
Lo mismo han hecho en México un pseudo estudio pagado para eso atacar un proceso que ha tocado a los mas corruptos y los que llevaron a México a casi perderlo todo.
Noticia chatarra que no me sirve a llenar mi estomago. Y a mi que me IMPORTA los estudios de academia pagada para minimizar las luchas por la justicia social?