El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha amenazado nuevamente este miércoles con sacar adelante un decreto ley para poner fin a las medidas de confinamiento decretadas por gobernadores y alcaldes para combatir la pandemia, y ha advertido al Tribunal Supremo de que “no podrá ser impugnado”.
“En las calles se empieza a pedir que el Gobierno emita un decreto. Y si doy un decreto, se hará cumplir. No será impugnada por ningún tribunal, porque se hará cumplir”, ha remarcado el presidente brasileño durante un evento celebrado este miércoles en el Palacio de Planalto, según cuenta el diario O Globo.
El presidente brasileño ha señalado que dicho proyecto de ley incluiría los puntos del Artículo V de la Constitución, que recoge el derecho a la libertad de movimientos, de culto y al trabajo. “¿Quién puede impugnar eso?”, se ha preguntado.
“Queremos libertad de culto, queremos libertad para poder trabajar, queremos nuestro derecho a ir y venir. Nadie puede discutir eso, ha asegurado Bolsonaro, quien pide “a Dios”, ha dicho, no tener que llevar ese decreto hasta el Congreso.
En caso de hacerlo, ha enfatizado, “se cumplirá con toda la fuerza que tienen todos mis ministros” y “no será impugnado. No se atreva a competir, sea quien sea. Sé que el Legislativo no se opondrá”, ha expresado en clara alusión al Supremo, al que luego le ha afeado que otorgará “habilidades raras” a las autoridades locales y estatales para legislar por su cuenta contra la pandemia.
“Brasil no puede ser un país condenado al fracaso porque alguien delegó competencias raras a gobernadores y alcaldes”, ha considerado una vez más en contra de las medidas de cierre que algunos territorios decidieron adoptar frente a las iniciativas de Bolsonaro de continuar con la actividad económica pese a los estragos que la pandemia continúa haciendo en Brasil, con más de 14,8 millones de casos y 411.500 fallecidos.
Por otro lado, el presidente brasileño ha vuelto apuntar hacia China y ha dejado caer que el coronavirus es “un arma química”, que “nadie sabe si surgió en un laboratorio o si porque un ser humano se comió un animal inadecuado”.
“Los militares saben que es una guerra química, bacteriológica y radiológica. ¿Será que no nos estamos enfrentando a una nueva guerra? ¿Cuál es el país cuyo PIB más ha crecido? No os lo voy a decir”, ha deslizado Bolsonaro en relación a China, cuya economía creció un 2,3 por ciento en 2020.
Durante su discurso en este evento sobre tecnología celebrado en Planalto, Bolsonaro también ha dedicado unas palabras para la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que estudia su gestión de la pandemia, cuestionando que le hayan solicitado información acerca de su paradero “los últimos fines de semana”.
“Ahora he recibido documentos de la CPI para decir donde estaba en mis últimos fines de semana. No interesa dónde estaba. Respeto a la CPI. Estaba con el pueblo. Tengo que dar ejemplo. Es fácil para mi meterme dentro del Palacio de la Alvorada. Tengo ahí de todo”, ha dicho.
También ha criticado que la CPI esté poniendo en duda lo que el considera “tratamiento precoz”, en relación al uso de algunos fármacos, entre ellos la cloroquina –sin eficacia probada contra la COVD-19– para tratar la enfermedad y ha señalado que oponerse es de “canallas” y se ha preguntado si no tendrá que ver porque “es un remedio barato” y no es rentable para las empresas farmacéuticas.
Mientras tanto, Brasil ha sumado este miércoles 73.295 casos de coronavirus y 2.811 muertes, según el último balance del Ministerio de Salud.
El país acumula así 14.930.183 positivos confirmados desde que estalló la pandemia, que ha dejado un total de 414.399 víctimas mortales, frente a 13.529.572 personas que han logrado superar la enfermedad.
En el marco de la campaña de vacunación, se han aplicado 50,4 millones de dosis del inmunizador contra la COVID-19, según el consorcio de medios de comunicación que analiza la pandemia a diario. En concreto, 33,4 millones de personas han recibido la primera dosis y 17 millones han adquirido el esquema completo.
Brasil enfrenta un problema de retrasos en la vacunación en distintos puntos del país por falta de vacunas, como es el caso del estado de Río de Janeiro, donde en cinco municipios se ha vuelto a interrumpir la inoculación por escasez de segundas dosis de CoronaVac, informa UOL.
Respecto a la vacunación, continúa también el debate sobre el rechazo de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) a la importación del biológico ruso Sputnik V, lo que demandaban algunos estados.
Anvisa ha lamentado, en un comunicado, las críticas y ataques recibidos por no haber dado su visto bueno al inmunizador.
“Anvisa no está por encima de las críticas, pero los ataques a la autoridad sanitaria de Brasil y sus servidores públicos, que han estado actuando de acuerdo con la misión de servir al Estado brasileño y promover la protección de la salud de la población, son inadmisibles”, ha subrayado, para recordar que la falta de información sobre seguridad, calidad y efectividad fueron las razones para tomar su decisión.
Según la agencia, “lo que se demanda son cuestiones básicas para una vacuna y no son motivos de indignación y tentativa de difamación de Brasil y sus servidores”.
“Anvisa ya aprobó otras cinco vacunas y la autorización del proceso de la vacuna Sputnik V depende del desarrollador, es decir, se deben presentar los estudios, se deben aclarar y resolver las dudas sobre los temas ya mencionados”, ha sentenciado, para incidir en que ha demandado al Instituto Gamaleya un informe con datos técnicos y de seguridad.
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