El Papa Francisco sufre un resfriado y ha tenido que cancelar el encuentro con todos los sacerdotes de la diócesis de Roma, al comienzo de la Cuaresma, convocado para la mañana de hoy jueves en la basílica de San Juan de Letrán, que es la catedral del obispo de Roma.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, ha confirmado que el Papa, de 83 años de edad, esta indispuesto por un enfriamiento, agravado quizá por el fuerte viento que soplaba el miércoles en la audiencia general en la plaza de San Pedro.
En el clima de alerta por contagio que se vive en Italia, los peregrinos esperaban que el Santo Padre no estrechase manos de peregrinos, que viene de todos los lugares del planeta, incluidos muchos de Asia, ni besase a niños y enfermos, pero mantuvo su costumbre de manifestar cariño a muchas personas absolutamente desconocidas.
Al final de la audiencia, el Papa dirigió unas palabras de apoyo a los contagiados por coronavirus y al personal médico que los cuida, así como a las autoridades que están tomando medidas para limitar la epidemia.
Es la primera vez en siete años que Francisco se ve obligado a suspender un encuentro por resfriado o gripe. A principio del pontificado faltó a citas en tres ocasiones, debido a vértigos que eran consecuencia del stress inicial en su nueva tarea en Roma.
El portavoz del Vaticano informa que el Papa ha mantenido otras reuniones en Casa Santa Marta y da a entender que no hay motivos para la alarma.