Se va 2020 y el Atlético de Madrid despide el año desde lo más alto de la clasificación. Una nueva montaña coronada. Como si de una excursión se tratase este periplo de Simeone al frente de los rojiblancos que parece no tener fin. 500 partidos. Pocos parecen. El Cholo va logrando pequeñas conquistas, y este 2020 nos ha traído una nueva. Aunque parezca mentira, es la primera vez desde que pasa la Nochevieja como técnico colchonero que cierra el año como líder de la clasificación.
Nueve diciembres ha despedido ya Simeone al mando y hasta la fecha nunca lo hizo como líder. Cinco segundos puestos al arrancar el año nuevo. Ni siquiera el curso en el que acabó campeón de Liga pudo tomarse las doce uvas en solitario. Ha tenido que irse 2020, ya era hora, por cierto, para que el Atlético del Cholo tenga que girar la vista para ver a todos sus rivales. Ahora, empieza el gran reto, mantener la posición durante 2021. «Volvimos a empezar y ahora nos queda la otra mitad de temporada que será clave para valorar» decía Simeone tras la victoria frente al Getafe. Una mitad de temporada que afrontan con números de campeón, pero sin desviarse lo más mínimo del partido a partido «como desde el primer día cuando llegamos».
Unos números que poco tienen que envidiar a los del último título liguero. Con catorce partidos jugados tan sólo una victoria menos que aquel curso. 11 triunfos, 2 empates y 1 tan sólo una derrota son los registros rojiblancos en esta primera mitad de temporada. Lejos queda el final de 2019, aquel año de transición donde los rojiblancos sumaban a estas alturas tres puntos menos con cuatro partidos más. Al final iba a tener razón Simeone. Despide el Atlético el año con Luis Suárez peleando por el Pichichi con ocho goles en once encuentros.
Cifras goleadoras que echaba de menos el Atlético para competir por los títulos. Ha recuperado una efectividad que había perdido en las últimas temporadas. Lo que no cambia se acabe el año que se acabe, es la solidez defensiva rojiblanca. Cinco goles en contra en los catorce partidos disputados. Oblak debería ir haciendo hueco en la estantería para su quinto Zamora.