China efectúa ejercicios militares de desembarco y envía más de 150 aviones de guerra, también con capacidad nuclear, a la zona de Taiwán, isla a la que consideran parte inseparable de su nación. Por su parte, el Ejército de Taiwán realiza simulacros para prepararse ante una posible invasión. En Estados Unidos se encendió la alarma. ¿Qué está pasando? José Levy nos cuenta en el nuevo episodio de Desafíos Globales.
Los ejércitos parecieran estar preparándose para lo peor.
China efectúa ejercicios militares de desembarco y envía más de 150 aviones de guerra, también con capacidad nuclear, a la zona de Taiwán, isla a la que consideran parte inseparable de su nación.
Por su parte, el Ejército de Taiwán realiza simulacros para prepararse ante una posible invasión.
En Estados Unidos se encendió la alarma. Se habla del principal desafío internacional al que se enfrenta el presidente Joe Biden, y sus fuerzas navales están llevando a cabo maniobras con sus aliados. Además, se anunció que Australia invertirá en submarinos nucleares y Japón envió misiles y tropas para proteger a sus islas cercanas a Taiwán.
Mientras tanto, si bien el presidente de China Xi Jinping dijo enfáticamente, y lo cito, “desde luego que se conseguirá la reunificación con Taiwán”, en esta isla aseguran que es la democracia en el mundo, ni más ni menos, la que estaría ahora en peligro.
Saludos, les habla José Levy en un nuevo podcast de CNN Desafíos Globales.
Si con Rusia en Crimea o antes, con la Unión Soviética en Europa Oriental, sus oponentes hablaban de cómo hacerle frente al, decían, “abrazo del oso” refiriéndose a Moscú, en el caso de China sería más bien un “abrazo del panda”, el oso tan popular en esa nación.
Y es que China asegura abrazar y hacerlo todo por el bien de Taiwán. Según el presidente Xi, cualquier independencia sería desastrosa para los habitantes de la isla. A la vez, advirtió de que los que olvidan su herencia, traicionan a su patria, que no acaban bien y que terminaran siendo humillados por la historia.
Si bien Xi dice ahora que la reunificación será pacifica, hay recuerdos de cómo en el pasado reciente no descartó que el uso de la fuerza pudiera ser necesario.
Afirmaciones que causan escalofríos en Taiwán donde su presidenta Tsai Ing-wen aprovechó un desfile totalmente inusual de sus tropas en Taipei para advertir que no se doblegarán y que están decididos a defenderse. Según la funcionaria, nadie podrá obligarlos a seguir el camino marcado por China que, afirma, significaría el fin de la libertad y la democracia en la isla.
De hecho, los analistas creen que fue precisamente el cambio de rumbo que significó la victoria en las urnas de la presidenta Tsai y sus ideologías claramente independentistas las que indignaron a China y quizá llevaron a las medidas actuales.
Y si en Beijing proponen el modelo de “una nación, dos sistemas”, que fue también el prometido para Hong Kong, en Taipei aseguran que lo que ocurrió en Hong Kong es que, al final, China aplastó la democracia y no quieren que eso se repita en su isla.
Y si la presidenta Tsai asegura que su territorio es ahora el que representa la lucha por la democracia, otros advierten que, para defender la democracia, no solo de su isla sino a nivel global, es necesario que el mundo primero frene lo que afirman sería una estrategia expansionista del autoritarismo chino y defienda la democracia en Taiwán.
Es por eso que muchos hablan del principal desafío al que se enfrenta ahora el presidente de Estados Unidos Joe Biden. Eventualmente, tendrán que decidir hasta qué punto apoyar a Taiwán, y arriesgarse a una espantosa guerra con China que muy pocos querrían en Estados Unidos. O bien, por otro lado, no hacerlo y dejar que la influencia de China pueda incrementarse en el mundo.
Los chinos nacen para educarse, trabajarar y aprenden a defender su nación, en la USA se nace para rebuscarse, vivir del estado, drogas o con suerte estudiar.
Estados Unidos no es más que un vendedor de armas en el mundo y otros ponen la sangre.